Los beneficios del agua con gas. (Foto: Envato)

Un refresco que se consume poco en España pero que tiene 0 calorías

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Con la llegada del clima cálido, surge la necesidad de refrescarse al salir a la calle. Cada vez somos más conscientes de la importancia de reducir el consumo de bebidas azucaradas, así como de los efectos deshidratantes y de calor que puede tener el consumo de alcohol.

Por lo tanto, buscamos alternativas saludables, como el agua con gas. Aunque no es la opción más popular, en España se consumieron aproximadamente 2,3 litros por persona en 2022.

Los consumidores suelen preferir el agua mineral, como demuestra el hecho de que se consumieron en promedio 62 litros de agua mineral embotellada por persona en ese mismo periodo de tiempo, según un estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicado en Statistia.

Aunque el agua con gas no es la bebida más popular en casa o en establecimientos especializados, es una excelente elección cuando buscamos una bebida que aporte beneficios sin sumar calorías, además de tener un toque burbujeante que marca la diferencia.

El agua con gas es ideal para aquellos que buscan una opción refrescante durante el verano, después de descartar los refrescos, cervezas y otras bebidas alcohólicas. Es una opción saludable, refrescante y con un toque de efervescencia que hace que no extrañemos las bebidas carbonatadas.

Uno de los beneficios menos conocidos del agua con gas es su capacidad para facilitar la digestión, gracias al ácido carbónico, que estimula la secreción de jugos gástricos. Además, su composición mineral la hace nutritiva y hidratante. También se ha sugerido que puede ayudar a regular los niveles de colesterol y estimular la eliminación de sodio a través de la orina.

El agua con gas es ideal para aquellos que desean evitar las calorías vacías en su dieta, ya que no contiene calorías y su contenido de gas proporciona una sensación de saciedad.

Sin embargo, se recomienda no excederse en su consumo, ya que puede aumentar la acumulación de gases en el tracto digestivo, lo que puede provocar hinchazón, especialmente en personas propensas a tener gases.

Además, no se recomienda para personas celiacas, con colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, intestino irritable, reflujo gastroesofágico o insuficiencia respiratoria grave. En cualquier caso, es importante limitar la cantidad consumida, siendo un límite razonable de dos vasos por comida para evitar excesos.
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