El Alzheimer ha demostrado ser un sujeto de estudio mucho más esquivo y misterioso. (Foto: Envato)

El origen del Alzheimer sigue siendo un misterio, ¿por qué?

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Los primeros investigadores del alzhéimer observaron un fenómeno distintivo en los pacientes: la presencia de proteínas anómalas en el cerebro, como las placas de beta-amiloide y los ovillos de TAU. Estas proteínas se han considerado durante mucho tiempo como una de las posibles causas de la enfermedad de Alzheimer.

Sin embargo, esta enfermedad ha resultado ser un enigma más complejo y enigmático de lo que se pensaba. La incertidumbre en torno a su origen es aún más angustiosa si consideramos el sufrimiento que causa a millones de personas y sus familias en todo el mundo, incluyendo cerca de un millón de personas en España, según la Sociedad Española de Neurología.

La respuesta a la pregunta fundamental, ¿qué causa el alzhéimer?, podría ser la clave para poner fin a este sufrimiento.

En las últimas dos décadas, numerosos estudios científicos han anunciado con entusiasmo los resultados de fármacos que lograban reducir la cantidad de estas proteínas anómalas en el cerebro. Esta estrategia terapéutica ha sido la principal vía para combatir el alzhéimer y la demencia.

Es cierto que varios medicamentos han demostrado ser efectivos en este sentido.

Sin embargo, la mayoría de ellos han resultado decepcionantes cuando se trata de traducir estos resultados positivos en mejoras clínicas significativas en pacientes reales (una excepción importante es el lecanemab, que ha logrado mejorías clínicas limitadas pero significativas en pacientes humanos).

Además, se plantea otro desafío: muchas personas, según diversas investigaciones, presentan placas de beta-amiloide o ovillos TAU en sus tejidos nerviosos, pero no muestran signos clínicos evidentes de la enfermedad.

Todo esto simplifica enormemente el extenso cuerpo de evidencia científica sobre el alzhéimer, pero ayuda a comprender por qué la causa de esta enfermedad sigue siendo esquiva para la comunidad científica.

Si estas proteínas anómalas son el único aspecto "tangible" (además del deterioro funcional, cognitivo y conductual de los pacientes) y su relación con el origen de la enfermedad es incierta, ¿dónde más podemos buscar respuestas?
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