Mejor memoria, más agilidad y salud mental, los superancianos
Ciertas personas de más de 80 años, conocidas como "superancianos", han demostrado tener una memoria excepcional, lo que se ha observado recientemente que también se asocia con una mayor agilidad en el movimiento y una mejor salud mental en comparación con otras personas de su misma edad.
Un equipo de investigadores españoles ha llevado a cabo uno de los estudios más grandes sobre superancianos hasta la fecha y ha publicado sus hallazgos en The Lancet Healthy Longevity. Estos superancianos, con más de 80 años, pueden recordar eventos cotidianos y experiencias de la vida como si tuvieran entre 20 y 30 años menos.
A medida que envejecemos, la mayoría de las personas experimenta una disminución gradual en la función de la memoria, pero los superancianos parecen ser capaces de evitar ese deterioro relacionado con la edad.
El estudio, liderado por Marta Garo-Pascual del Centro de Alzheimer de la Fundación Reina Sofía, sugiere que estos individuos tienen más posibilidades de presentar una mayor velocidad de movimiento en comparación con otros ancianos, así como tasas más bajas de ansiedad y depresión.
"Estamos acercándonos a resolver una de las preguntas más importantes sin respuesta sobre los superancianos: si realmente son resistentes al deterioro de la memoria relacionado con la edad o si poseen mecanismos que les ayudan a superar este declive mejor que sus pares", ha comentado Garo-Pascual.
Aunque aún no se conocen las razones precisas detrás de esta resistencia, los hallazgos del estudio sugieren que los superancianos poseen ciertas características que los protegen de los procesos de deterioro relacionados con la edad.
El estudio se realizó con participantes seleccionados del Proyecto Vallecas en Madrid, que busca identificar indicadores tempranos de Alzheimer. Incluyó a 64 superancianos (59% mujeres) y 55 ancianos (64% mujeres), todos mayores de 79 años y medio.
A lo largo de hasta seis visitas anuales de seguimiento, se registraron datos demográficos y de estilo de vida, se realizaron resonancias magnéticas para medir el volumen de materia gris y se llevaron a cabo diversas pruebas clínicas.
A través de un modelo de aprendizaje automático en computadora, los investigadores encontraron que una mayor velocidad de movimiento y una mejor salud mental estaban más frecuentemente asociadas con los superancianos.
Las resonancias magnéticas también mostraron que estos individuos tenían más materia gris en regiones clave asociadas con la función de la memoria, así como en una parte del cerebro relacionada con el movimiento.
A lo largo de cinco años, la materia gris en áreas clave de este grupo se degeneró más lentamente que en los ancianos.
Además, no se encontraron diferencias en biomarcadores o factores genéticos de riesgo para enfermedades neurodegenerativas en ninguno de los dos grupos, lo que sugiere que los superancianos son resistentes a los procesos relacionados con la edad que llevan al deterioro de la memoria.
El autor principal del estudio, Bryan Stange, de la Universidad Politécnica de Madrid, destaca que, aunque los superancianos informaron niveles de actividad similares a los del resto de las personas mayores, es posible que realicen actividades físicamente más exigentes, como jardinería o subir escaleras.
Un equipo de investigadores españoles ha llevado a cabo uno de los estudios más grandes sobre superancianos hasta la fecha y ha publicado sus hallazgos en The Lancet Healthy Longevity. Estos superancianos, con más de 80 años, pueden recordar eventos cotidianos y experiencias de la vida como si tuvieran entre 20 y 30 años menos.
A medida que envejecemos, la mayoría de las personas experimenta una disminución gradual en la función de la memoria, pero los superancianos parecen ser capaces de evitar ese deterioro relacionado con la edad.
El estudio, liderado por Marta Garo-Pascual del Centro de Alzheimer de la Fundación Reina Sofía, sugiere que estos individuos tienen más posibilidades de presentar una mayor velocidad de movimiento en comparación con otros ancianos, así como tasas más bajas de ansiedad y depresión.
"Estamos acercándonos a resolver una de las preguntas más importantes sin respuesta sobre los superancianos: si realmente son resistentes al deterioro de la memoria relacionado con la edad o si poseen mecanismos que les ayudan a superar este declive mejor que sus pares", ha comentado Garo-Pascual.
Aunque aún no se conocen las razones precisas detrás de esta resistencia, los hallazgos del estudio sugieren que los superancianos poseen ciertas características que los protegen de los procesos de deterioro relacionados con la edad.
El estudio se realizó con participantes seleccionados del Proyecto Vallecas en Madrid, que busca identificar indicadores tempranos de Alzheimer. Incluyó a 64 superancianos (59% mujeres) y 55 ancianos (64% mujeres), todos mayores de 79 años y medio.
A lo largo de hasta seis visitas anuales de seguimiento, se registraron datos demográficos y de estilo de vida, se realizaron resonancias magnéticas para medir el volumen de materia gris y se llevaron a cabo diversas pruebas clínicas.
A través de un modelo de aprendizaje automático en computadora, los investigadores encontraron que una mayor velocidad de movimiento y una mejor salud mental estaban más frecuentemente asociadas con los superancianos.
Las resonancias magnéticas también mostraron que estos individuos tenían más materia gris en regiones clave asociadas con la función de la memoria, así como en una parte del cerebro relacionada con el movimiento.
A lo largo de cinco años, la materia gris en áreas clave de este grupo se degeneró más lentamente que en los ancianos.
Además, no se encontraron diferencias en biomarcadores o factores genéticos de riesgo para enfermedades neurodegenerativas en ninguno de los dos grupos, lo que sugiere que los superancianos son resistentes a los procesos relacionados con la edad que llevan al deterioro de la memoria.
El autor principal del estudio, Bryan Stange, de la Universidad Politécnica de Madrid, destaca que, aunque los superancianos informaron niveles de actividad similares a los del resto de las personas mayores, es posible que realicen actividades físicamente más exigentes, como jardinería o subir escaleras.
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