El riesgo de diabetes se dispara en la menopausia, ¿por qué?

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La diabetes tipo 2 es una enfermedad causada por la incapacidad del organismo de producir cantidades suficientes de insulina o de utilizar esta hormona de una forma adecuada, lo que provoca que la sangre porte un exceso de glucosa que, a la larga, acaba dañando múltiples órganos de todo el cuerpo.

Una enfermedad que padecen cerca de 400 millones de personas en todo el mundo y cuyo riesgo de aparición es mayor en varones que en mujeres. Pero solo hasta la menopausia. Y es que la interrupción definitiva de la menstruación en la mediana edad conlleva que el riesgo de diabetes tipo 2 de la población femenina se dispare. ¿Por qué?

El descenso en la producción de hormonas sexuales, muy especialmente de estrógenos. Tal es así que las mujeres que toman terapia hormonal sustitutiva (THS) para contrarrestar este descenso tienen una probabilidad hasta un 35% menor de desarrollar la enfermedad. Y ahora, un grupo de investigadores han dado con el porqué.

"Hay un gran número de científicos que han centrado su trabajo en analizar los efectos de los estrógenos sobre las células pancreáticas productoras de insulina. Pero hasta ahora nunca se había analizado los efectos sobre las células productoras de glucagón, otra hormona implicada en la regulación del azúcar en sangre", indicó Sandra Handgraaf, co-autora de esta investigación.

"De hecho, el páncreas secreta insulina, pero también glucagón, y ambas hormonas inducen un efecto opuesto: mientras la insulina captura la glucosa, el glucagón la libera. Tal es así que la diabetes se origina por un desequilibrio entre estas dos hormonas que regulan los niveles de azúcares en sangre", señaló. 

El objetivo del estudio fue evaluar el efecto de los estrógenos sobre el metabolismo de dos hormonas implicadas en la regulación de la glucosa: el glucagón y el ‘péptido similar al glucagón tipo 1’ (GLP1), que induce la producción y liberación de insulina por las células de los islotes pancreáticos.

Los resultados mostraron que el tratamiento con las hormonas se asoció con un incremento de la tolerancia a la glucosa y, por ende, con un menor riesgo de diabetes. Lo cual era totalmente esperable. No tanto así el segundo de los efectos. Y es que esta administración de estrógenos también tuvo un efecto sobre las células alfa de los islotes pancreáticos, responsables de la liberación de glucagón.

"Esta primera observación ya fue en sí misma muy interesante. Pero queríamos ir un paso más allá. Y es que el intestino contiene unas células que, denominadas ‘células L’, son muy similares a las células alfa de los islotes pancreáticos. De hecho, la función de estas células L es precisamente la de producir GLP1", indicó. 

"Y en este caso, observamos un gran incremento en la liberación de GLP1 por las células L intestinales, lo que demuestra el papel crucial del intestino a la hora de regular el equilibrio de carbohidratos y la influencia de los estrógenos sobre todo el metabolismo. Además, nuestros hallazgos fueron confirmados en los estudios con células y tejidos humanos", explicó.

La THS en la menopausia sigue teniendo, aún a día de hoy, muy ‘mala prensa’, fundamentalmente por los riesgos cardiovasculares asociados a su empleo. Sin embargo, como apunta Jacques Philippe, director de la investigación, "es importante recordar que cuanto se toma la THS al principio de la menopausia y el tratamiento se mantiene durante solo unos pocos años, no se asocia a un riesgo de episodios cardiovasculares". 

"El problema se presenta cuando esta THS se toma durante más de 10 años tras la menopausia. Lo que, efectivamente, se asocia a un mayor riesgo cardiovascular. Pero en lo que respecta a la diabetes, las terapias estrogénicas permiten evitar la explosión de casos de diabetes en las mujeres. Por tanto, estos tratamientos realmente son valiosos para la salud de la mujer cuando son bien administrados", indica. 
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