El problema de la ansiedad y depresión en la enfermedad de Alzheimer

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La enfermedad de Alzheimer es una dolencia neurodegenerativa, es decir, causada por una destrucción progresiva de las neuronas cerebrales. Y como consecuencia de esta neurodegeneración, los afectados (cerca de 30 millones en todo el planeta y más de 800.000 españoles) acaban padeciendo un déficit de sus funciones cognitivas, caso de un deterioro en su capacidad de memorización, razonamiento y lenguaje.

Sin embargo, aún hay más. Esta pérdida de cognición provoca que los pacientes sufran una gran ansiedad y desasosiego al no poder reconocer el mundo que les rodea, lo que merma aún más, y en gran medida, su calidad de vida. Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de la Salud de Utah en Salt Lake City (EE.UU.), sí, y es recurrir a la musicoterapia. 

"Las personas con demencia se enfrentan a un mundo que les resulta desconocido y, en consecuencia, padecen ansiedad y desorientación. Y en este contexto, creemos que la música aprovecha la red de relevancia del cerebro cuya funcionalidad aún es relevante", comentó Jeff Anderson, co-autor de esta investigación.

Todo el mundo se ha sentido alguna vez emocionado al oír repentinamente una canción o una melodía. Y es que estas tonadas se almacenan en una red neuronal del cerebro que, denominada red de relevancia, se activa en presencia de este recuerdo y desencadena una reacción emocional.

De hecho, son muy numerosos los estudios que han demostrado el efecto positivo de los programas de música personalizados sobre el estado de ánimo de los pacientes. "Cuando colocamos los auriculares a los pacientes con demencia y les pusimos una música que les resultaba familiar, cobraron vida. La música es como un ancla que hace que los pacientes vuelvan a la realidad", indicó Jace King, co-autor de la investigación.

Los autores recurrieron a pruebas de imagen por resonancia magnética para ver las respuestas cerebrales de los pacientes en tres situaciones: cortes de 20 segundos de ocho de las canciones seleccionadas; cortes de 20 segundos de las mismas ocho canciones, pero sonando al revés; y ocho cortes de 20 segundos sin ningún tipo de sonido.

Y lo que vieron es que la música, que no así el silencio, provocó que todas las regiones cerebrales se comunicaran entre sí. Y es que cada vez que oían su banda sonora personal, la red visual, la red de relevancia, la red ejecutiva y las redes cerebelares y corticocerebelares de los cerebros de los pacientes mostraban una elevada conectividad funcional.

"Las evidencias objetivas de las imágenes cerebrales muestran que la música personalizada es una vía alternativa importante para comunicarse con los pacientes con enfermedad de Alzheimer. Las vías de la memoria visual y del lenguaje se encuentran dañadas ya desde los inicios de la enfermedad, pero los programas de música personalizada pueden activar el cerebro, muy especialmente en los pacientes que han perdido el contacto con su entorno", indicó Norman Foster.

En definitiva, los resultados de este estudio en el que se han analizado los mecanismos que activan la red de atención y la región de relevancia cerebrales ofrecen una nueva vía para el abordaje de la ansiedad, la depresión y la agitación en pacientes con demencia. Además, la activación de las regiones anejas del cerebro puede también resultar muy útil para demorar el deterioro progresivo asociado a la enfermedad.

"En nuestra sociedad, el diagnóstico de demencia es como una bola de nieve que está consumiendo al máximo los recursos. Nadie dice que la música sea una cura para la enfermedad de Alzheimer, pero puede ayudar a que los síntomas sean más ‘manejables’, a reducir los costes de la atención y cuidado y a mejorar la calidad de vida de los pacientes", concluyó.