El peligro de administrar las vacunas en el sitio equivocado

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El objetivo de cualquier vacuna es simular una infección para entrenar al sistema inmune y, así, prepararle ante cualquier posible reinfección, esta vez natural, que no forzada– por el patógeno inoculado. Tal es así que, para que una vacuna sea eficaz, debe tener un fácil acceso al sistema inmune.

Un aspecto que, quizás, no haya sido tenido en cuenta a la hora de diseñar muchas de estas vacunas. De hecho, es posible que, como alerta un estudio dirigido por investigadores del Jackson Laboratory en Bar Harbor (EE.UU.), algunas vacunas no se estén administrando en el sitio más adecuado.

"En la vacunación hay una subpoblación concreta de células dendríticas que resulta vital para desencadenar la respuesta inmune adaptativa por el organismo. Así, nuestros resultados tienen implicaciones muy importantes para la administración de vacunas. Y es el que el método usualmente empleado, esto es, la inyección intramuscular, no es el más efectivo para alcanzar estas células dendríticas", indicó Adam Williams, co-director de esta investigación.

La presencia de un antígeno, es decir, de toda molécula, por lo general, una proteína en la superficie de un patógeno, caso de un virus o una bacteria, identificada por el organismo como extraña, desencadena una respuesta del sistema inmune para anular la amenaza. Una respuesta en la que las células dendríticas juegan una labor crucial. 

El resultado final es que la próxima vez que el organismo detecte la presencia del antígeno, los anticuerpos acudirán en masa para unirse a este antígeno, bloquearlo y convocar a las células inmunes para que lo destruyan, y por extensión, destruyan al patógeno que lo porta.

Con independencia de la presencia de otros tipos de células dendríticas, los linfocitos Tfh no indujeron la producción anticuerpos tras la vacunación.

Por tanto, parece que las cDC2 son totalmente necesarias, y por sí solas suficientes, para inducir una potente respuesta inmune adaptativa. Así, el siguiente paso fue evaluar cuál es el mejor lugar para la administración de una vacuna y que los antígenos inoculados sean captados por las cDC2.

Los resultados mostraron que la vía inhalada facilitó un acceso rápido a los antígenos inoculados a los múltiples tipos de células dendríticas. Muy especialmente a las cDC2, que transportaron rápidamente estos antígenos a los ganglios linfáticos que drenan los pulmones y, así, indujeron una potente respuesta mediada por los linfocitos Tfh.

"Basándonos en los datos epidemiológicos y en la distribución de cDC2 en las capas superficiales de la piel, creemos que, comparadas frente a las intramusculares, las inyecciones intradérmicas serían mucho más eficientes a la hora de inducir la producción de anticuerpos", señaló Stephanie Eisenbarth, co-directora de la investigación.

En definitiva, el lugar en el que se administre la vacuna importa. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que, a mayor eficacia, menor sería la dosis necesaria de la vacuna, lo que facilitaría que un mayor número de personas pudieran acceder a esta profilaxis durante una pandemia o en las situaciones en las que la cantidad de vacunas disponibles es escasa.