La termofobia se produce por un temor abrumador ante el calor. (Foto: Envato)

Miedo al calor y al verano, cuando la termofobia llama a la puerta

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Estamos a finales de julio y llegó el desesperante calor. Es bastante típico que muchas personas lleguen a estar más apagados cuando llega el verano. Pero hay otra parte de la población que llega incluso a sentir un miedo hacia el calor. 

Esto se conoce como termofobia y se produce por un temor abrumador ante el calor o las temperaturas elevadas que se traduce en un trastorno de ansiedad. En muchas ocasiones esta sensación de peligro es consecuencia de malas experiencias previas, como un golpe de calor o una insolación, que se recuerdan de forma traumática.

Este trastorno emocional puede afectar a la calidad de vida de la persona que lo padece y a su rutina diaria. Pero, ¿qué se considera una fobia? "Cuando este miedo se da ante situaciones u objetos que no suponen un peligro real ni tampoco es evolutivo, entonces nos encontramos ante un miedo que ya no es adaptativo y es lo que denominamos fobia", destacan en la Clínica Universidad de Navarra (CUN).

Existen diferentes tipos de fobias, algunas más conocidas que otras, como la agorafobia, que es el temor a estar en lugares públicos, o la claustrofobia, cuando se producen trastornos de ansiedad al estar en espacios cerrados.

Las fobias son duraderas y pueden llegar a producir reacciones físicas y/o psicológicas extremas. Si una situación cotidiana, como es tomar el sol, genera pánico o ansiedad, estaríamos hablando de termofobia.

"La mayoría de las fobias se inician en la infancia, adolescencia o edad adulta temprana. Pueden ser causadas por una situación estresante, un acontecimiento traumático o también pueden ser imitadas de un familiar que tiene fobia", añaden los expertos y concluyen que "en ocasiones puede ser preciso combinarlo con tratamiento psicofarmacológico para disminuir los síntomas físicos que acompañan a la fobia". 

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