Miastenia gravis, una enfermedad desconocida. (Foto: Envato)

Miastenia gravis, una enfermedad neuromuscular irregular e imprevisible

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Caída de los párpados y visión doble o diplopía. Estos son los primeras síntomas de la miastenia gravis. Puede afectar a cualquier grupo de músculos de control voluntario y, con el paso del tiempo, progresar e involucrar a otros. 

“Una parte importante de los pacientes, y gracias a los tratamientos inmunosupresores e inmunomoduladores de los que disponemos, podrán controlar su enfermedad e incluso conseguir la remisión completa de los síntomas”, admiten los expertos. 

Se trata de una enfermedad neuromuscular que provoca una debilidad muscular de intensidad y duración variables que puede afectar a varios músculos. Se manifiesta de forma muy diferente de una persona a otra y puede cambiar con el tiempo.

A veces la enfermedad sólo afecta a los músculos de los ojos y los párpados. En otros casos, la debilidad general comienza a los dos años del inicio de los síntomas. La evolución también es diferente según el paciente y los primeros signos. 

La miastenia suele empeorar con convulsiones, el desarrollo de nuevos síntomas y, en pocos meses, la debilidad general. Esta evolución se caracteriza principalmente por la alternancia de períodos de remisión y de recaída. La duración de la recaída y la remisión es variable. La gravedad de la enfermedad se explica principalmente por los ataques de trastornos respiratorios y de disfagia (trastorno de la deglución).

el desarrollo de la enfermedad puede intercalarse con una remisión más o menos completa de duración variable, que va desde unos meses hasta varios años. La miastenia gravis suele alcanzar su máxima gravedad en los primeros 5 años.

Asimismo, aquellos pacientes que sufren esta enfermedad suelen correr el riesgo de desarrollar episodios imprevisibles de insuficiencia respiratoria. 

Asimismo, la miastenia gravis es una enfermedad potencialmente mortal que se produce cuando los músculos que controlan la respiración se debilitan demasiado para funcionar. Puede producirse durante los ataques de ansiedad o agitación, y podría provocar problemas cardíacos e incluso enfermedades pulmonares.
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