El pescado tiene un papel fundamental en el cáncer. (Foto: Envato)

El increíble alimento que hace estragos en el cáncer de piel

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El pescado es una parte fundamental de la alimentación de muchísimas personas en todo el mundo. Se considera un alimento por lo general muy sano, un aporte de proteínas y grasas saludables, y es un elemento central en algunas dietas muy recomendables, como la mediterránea, la japonesa o la nórdica.

Con todo, un exceso de pescado también podría ser perjudicial. Y es que un gran estudio, llevado a cabo con datos de más de medio millón de personas ha encontrado que las personas que comen más pescado que el equivalente a media lata de atún diaria tienen un riesgo un 22% mayor de desarrollar melanoma maligno, una forma de cáncer de piel.

Tal y como publican los autores en el medio especializado Cancer Causes & Control, la investigación encontró que hay una correlación, pero no necesariamente una relación causal. Por ello, subrayan que no se debe evitar consumir pescado en base a estos resultados.

También afirman que aún si se demostrase que existe esa relación causal entre ambos fenómenos, los riesgos de no consumir pescado seguirían siendo mayores que los potenciales beneficios de evitarlo.

Con todo, sí que argumentan que una relación tan sólida en un estudio con una población tan amplia es digna de consideración y de profundización. Particularmente, sugieren que se observe el rol que juegan aquí los contaminantes presentes en el pescado.

De hecho, se sabe que ciertas toxinas en nuestro entorno, incluyendo algunas que se sabe que son directamente carcinógenas (como los metales pesados), se acumulan en la cadena alimentaria. 

Asimismo, se han detectado en los peces otros contaminantes como los bifenilos policlorados, las dioxinas o el arsénico. Todos estos, creen los firmantes del trabajo, pueden estar contribuyendo al aumento del riesgo de padecer cáncer cutáneo en las personas que comen demasiado pescado.

Al margen de las posibles causas, la relación entre ambos  fenómenos era linear (a más consumo de pescado, mayor incidencia de cáncer) y fue consistente incluso ajustando varios factores de estilo de vida y demográficos, como pigmentación del cabello, historial de quemaduras solares o cantidad de lunares.
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