El cáncer de próstata más agresivo a punto de erradicarse

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El cáncer de próstata es uno de los tumores más frecuentes en los varones. En 2017 fue el tumor que se diagnosticó con más frecuencia, con unos 30.000 nuevos casos en España, según la Sociedad Española de Oncología Médica.

Un tipo de cáncer que, además, fue directamente responsable solo en 2014 de la muerte de 5.855 españoles, siendo esta mortalidad únicamente superada por las asociadas al cáncer de pulmón y colorrectal. Sin embargo, y en la gran mayoría de los casos, el cáncer de próstata es un tumor de lento crecimiento, por lo que no supone una amenaza inmediata para la vida del paciente. 

De hecho, y tomando todos los tipos de cáncer más frecuentes, el de próstata presenta la mayor tasa de supervivencia a los cinco años –cercana al 90%–. Sin embargo, alrededor de 150.000 hombres en todo el mundo cada año sufren un cáncer lo suficientemente agresivo como para desafiar la terapia hormonal estándar, pero que todavía no se ha extendido hasta el punto de no poder detectarse clínicamente.

El problema viene que en gran parte de estos pacientes aparece una especie de limbo que a menudo termina demasiado rápido con el tumor haciendo metástasis en sus huesos, ganglios linfáticos u otros órganos, y a veces causando dolor intenso. Ahora, por primera vez, los investigadores tienen resultados de dos ensayos clínicos independientes que muestran que dos medicamentos diferentes ayudan a estos pacientes, aportándoles unos dos años más libre de metástasis.


Los estudios, que han involucrado a más de 1.200 pacientes en países de todo el mundo, se presentaron ayer en el Simposio Genitourinary Cancers en San Francisco y se han publicado en The New England Journal of Medicine.


La terapia de privación de andrógenos, ya sea mediante la extirpación quirúrgica de los testículos o el uso de medicamentos que suprimen la producción de testosterona, es el tratamiento estándar para los hombres con cáncer de próstata metastásico y también se usa para el cáncer no metastásico.

Desafortunadamente, la privación de andrógenos deja de funcionar en casi todos los pacientes, lo que conduce a lo que se llama enfermedad resistente a la castración. En aquellos pacientes cuyo cáncer todavía no se ha diseminado, un aumento rápido en los niveles de antígeno prostático específico (PSA) previene el desarrollo a corto plazo de metástasis, la principal causa de complicaciones y muerte por cáncer de próstata.

Cada año, alrededor de 150.000 hombres en todo el mundo, entran dentro de esta categoría, llamada cáncer de próstata no metastásico resistente a la castración. Globalmente, se estima que alrededor de 200.000 de los cuatro millones de hombres con cáncer de próstata tienen este diagnóstico, apunta Matthew Smith, del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.), quien codirigió el estudio de la apalutamida con Eric Small, de la Universidad de California, San Francisco.

"Nuestro estudio encontró que el tratamiento con apalutamida mejoró la supervivencia libre de metástasis en hombres con cáncer de próstata resistente a la castración y metástasis no detectables", comentó Smith. "En este momento, no hay tratamientos aprobados para los pacientes en esa situación, por lo que debemos esperar hasta que la enfermedad progrese para agregar las terapias estándar que se aprobaron para la enfermedad metastásica", indicó. 

"Los resultados de este ensayo sugieren que se debería ofrecer de apalutamida debería a los hombres con castración no metastásica -cáncer de próstata resistente-, un tratamiento que puede retrasar o prevenir el desarrollo de metástasis y otras complicaciones asociadas con la progresión de la enfermedad", señaló.