¿Qué es el virus del Nilo Occidental y cómo afecta a los humanos?. (Foto: Envato)

Virus del Nilo Occidental: ¿es realmente peligroso en humanos?

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Llevamos años escuchando el efecto que está produciendo el cambio climático. Esto no solo lleva a una modificación brutal de las temperaturas, sino también la expansión enfermedades fuera de su zona de origen, provocando brotes epidémicos o pandemias. Un ejemplo de ello es el virus del Nilo Occidental.

Su recorrido, en este sentido, es evidente, ya que desde que se aisló por primera vez en África se ha extendido hasta llegar a estar presente también en Europa, Australia, Oriente Medio, India y Norteamérica, y los expertos temen que se pueden ver mayores avances en los próximos años. 

Se trata de un virus perteneciente al género Flavivirus, emparentado por tanto con los que causan otras fiebres tropicales como la fiebre amarilla, el dengue o el zika. Se aisló por primera vez en Uganda en 1937. Desde entonces, se ha detectado otras zonas de África, en Asia, Europa y América.

En concreto, en España se encuentra presente especialmente en el sur de la península ibérica y en zonas húmedas con poblaciones importantes de mosquitos y que sirven de paso a aves migratorias. Se clasifica en siete linajes diferentes, siendo los dos primeros los más extendidos y los que incluyen las cepas más patógenas.

Su llegada a los humanos afecta notablemente y puede provocar lesiones consistentes en degeneración neuronal y neuronofagia con neuritis de los nervios craneales y ópticos, mielitis y polirradiculitis, así como edema cerebral con petequias y sufusiones hemorrágicas.

También hay casos en los que se han observado miocarditis, pancreatitis o hepatitis fulminantes, dependiendo frecuentemente de la cepa concreta (y siendo que en las del primer linaje es más frecuente la nefritis, la hepatitis y la depleción linfoide del bazo, mientras que en las del segundo linaje aparece necrosis de miocardio y alteraciones a nivel hepático.

El virus del Nilo Occidental es un ejemplo paradigmático de la transmisión a través de vectores animales (esto es, zoonótica). En primer lugar, afecta a distintas especies de aves, sus principales reservorios, lo que explica su presencia en zonas de paso de aves migratorias y su dispersión por zonas geográficamente muy distantes entre sí.

Sin embargo, puede afectar también a ciertas especies de mamíferos, como los equinos (la familia de los caballos) o los seres humanos. El contagio, tanto dentro de la misma especie como a otras, se produce a través de la picadura de mosquitos del género Culex (al que pertenece, por ejemplo, el mosquito común, Culex pipiens)  y de los géneros Aedes (que incluye al mosquito tigre, Aedes albopictus, y el mosquito egicpcio, Aedes aegypti), por lo que estos pequeños insectos son el verdadero vector transmisor de la enfermedad.

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