El uso de los antidepresivos en el tratamiento de la esclerosis múltiple

Compartir en:
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
La esclerosis múltiple (EM) es la patología neurológica crónica más frecuente en adultos jóvenes y la segunda causa de discapacidad entre los jóvenes españoles, después de los accidentes de tráfico. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cada año se diagnostican 1.800 nuevos casos en España, de los cuales un 70% corresponderían a personas de entre 20 y 40 años.

La esclerosis múltiple afecta a 47.000 personas en España, a 700.000 personas en Europa y a 2,5 millones de personas en todo el mundo. Gracias a los avances terapéuticos, algunos pacientes pueden llevar una vida normal. Sin embargo, siguen buscando soluciones. Una de ellas es el uso de antidepresivos. 

Un equipo de investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá), dirigidos por Voon Wee Yong, analizaron una serie de medicamentos genéricos de consumo oral para identificar aquellos con potencial de ser reutilizados para el tratamiento de la esclerosis múltiple progresiva.

La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria multifactorial que afecta el sistema nervioso central, que causa daño a la vaina de mielina (una capa de aislamiento graso que protege las células nerviosas) y las neuronas, y se asocia con síntomas neurológicos severos.

Hasta el 15% de los pacientes con esclerosis múltiple tiene una forma progresiva de la enfermedad para la cual las opciones de tratamiento son limitadas. Una de las razones es que la enfermedad es multifactorial e incluye neurodegeneración, actividad anormal de los linfocitos y estrés oxidativo, y estos factores no se enfocan simultáneamente en los tratamientos actuales.

Voon Wee Yong y su equipo examinaron una biblioteca de 1.040 medicamentos y seleccionaron 249 que se consumen por vía oral, genéricos y son capaces de atravesar cruzar la barrera hematoencefálica, es decir, entrar en el cerebro. Los investigadores analizaron los 249 compuestos para identificar aquellos que tienen el potencial, en células cultivadas, de prevenir la neurotoxicidad, reducir la proliferación de linfocitos T y tener actividad antioxidante.

Los investigadores señalan que no existe un modelo de encefalomielitis autoinmune que cubra todos los aspectos de la esclerosis múltiple progresiva, pero la clomipramina podría ser un fármaco candidato para un desarrollo futuro.