El uso del teléfono móvil y los efectos en el cerebro de los jóvenes

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Se sabe que los teléfonos móviles inteligentes e Internet llegaron a las vidas para quedarse. En unos casos más que en otros. Y es que mientras para mucha gente no suponen sino unas meras herramientas, aun ciertamente útiles, para hacer más fáciles sus vidas, para otras muchas personas son, simple y llanamente, parte de sus vidas.

Según revela una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Pew en Washington DC (Estados Unidos), el 46% de la población estadounidense asegura que no podría vivir sin sus móviles. 

Un resultado que debe interpretarse como una exageración pero que denota la dependencia, creciente, generada en torno a estos dispositivos. Pero cuidado: el uso excesivo de los móviles e internet tiene consecuencias que van más allá del mero deterioro de la vista. Y es que como muestra un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Corea en Seúl (Corea del Sur), abusar de los ‘smartphones’ provoca desequilibrios químicos en el cerebro, cuando menos entre los jóvenes.

"Necesitamos más estudios para comprender las implicaciones clínicas de nuestros resultados, pero creemos que el incremento de la concentración de GABA en el giro cingulado anterior asociado a la adicción a los móviles e internet puede estar relacionado con una pérdida funcional de la integridad y de la regulación de la red neuronal cognitiva y emociona", explicó Hyung Suk Seo, director de esta investigación.

"El tiempo que dedicamos las personas a interactuar con nuestros prójimos es cada vez menor. Y es que este tiempo se está viendo reducido, sino directamente devorado, por el que destinamos a nuestros móviles y otros dispositivos electrónicos como portátiles y tabletas. Muy especialmente en el caso de los niños, adolescentes y jóvenes", comentó.

Los autores se centraron en los niveles de dos neurotransmisores, esto es, de dos de las moléculas que posibilitan la transmisión de la información entre las neuronas. Concretamente, en el ácido γ-aminobutírico (GABA), responsable de la inhibición o ralentización de las señales cerebrales, y en el glutamato/glutamina (Glx), responsable de aumentar el estado de excitación eléctrica de las neuronas.

De acuerdo con los resultados, los participantes adictos a los móviles e internet mostraban, en comparación con los del grupo control, un incremento en el cociente GABA/Glx en el córtex del cíngulo anterior, área cerebral que, además de implicada en la regulación de distintas funciones autónomas, entre otras, el ritmo cardiaco y la presión arterial, participa en la regulación de algunas funciones cognitivas racionales, como la toma de decisiones y las emociones.

"Cuanto mayor fue la puntuación alcanzada, mayor fue su adicción. Además, los adolescentes adictos también alcanzaron mayores puntuaciones en las escalas de depresión, ansiedad, impulsividad y gravedad del insomnio", explicó.

Los autores sometieron a 12 de los 19 adolescentes adictos a una terapia cognitiva del comportamiento de nueve semanas, transcurridas las cuales repitieron las pruebas de imagen por MRS. Y en este caso, los resultados mostraron que los niveles de los neurotransmisores se habían normalizado.