Una mala alimentación no solo causa problemas de peso y obesidad

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La noticia saltó hace unos días. Un adolescente británico se ha quedado ciego al consumir productos poco sanos. El caso de este joven ha quedado recogido en un artículo de la revista médica Annals of Internal Medicine que se hace eco de los problemas de visión que puede ocasionar una dieta basada en la comida basura.

Este hecho no ha hecho nada más que probar una vez más que una mala alimentación puede causar daños irreparables en el sistema nervioso y en la visión. La dolencia padecida por este adolescente se conoce como neuropatía óptica nutricional. Es una disfunción del nervio óptico generalmente causada por malabsorción, drogas o una dieta deficiente combinada con alcoholismo o tabaquismo.

No es frecuente en los países desarrollados y si se diagnostica a tiempo puede remediarse. Pero si no se trata puede dar lugar a una ceguera permanente.

El joven acudió, en un primer momento, a su médico de familia porque sufría simplemente cansancio. Las pruebas que le realizaron entonces revelaron que padecía anemia y que estaba falto de vitamina B12, pero presentaba un índice de masa corporal normal para un chico de sus condiciones físicas.

Tampoco había estado tomando ningún medicamento que pudiera haberle causado malestar físico. Su único problema parecía ser una dieta inadecuada, algo que los profesionales médicos trataron de remediar dándole algunos consejos nutricionales.

Un año después los profesionales sanitarios detectaron en el paciente pérdida auditiva y de visión, pero no se encontró ninguna causa que lo explicara. Durante los siguientes dos años esos problemas de visión fueron empeorando progresivamente, de manera que el chico llegó a los diecisiete años completamente ciego.

Los médicos apuntaron a su mala alimentación como una de las causas del problema. Descubrieron que el joven presentaba bajos niveles de vitamina B12, de cobre y selenio, un alto nivel de zinc y un nivel notablemente reducido de vitamina D y densidad mineral ósea. 

El joven confesó finalmente el origen de sus problemas de salud. Desde la escuela primaria había hecho todo lo posible por evitar alimentos con ciertas texturas y su dieta se había basado en la ingesta de patatas fritas, pan de molde, lonchas de jamón y salchichas.


 
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