El tratamiento para la diabetes tiene la clave para la enfermedad de Alzheimer

Compartir en:
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
La enfermedad de Alzheimer es una dolencia neurodegenerativa, es decir, causada por una destrucción progresiva de las neuronas cerebrales. Una enfermedad que se corresponde con el tipo más común de demencia (constituye en torno al 60-70% de todos los casos de demencia, para un total de 30 millones de afectados en todo el planeta) y para la cual no existe cura. 

En la actualidad no hay ningún tratamiento disponible capaz de frenar su progresión. O así ha sido hasta ahora, dado que investigadores de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) han identificado un fármaco que, si bien desarrollado para tratar la diabetes tipo 2, es capaz no ya de detener la evolución del Alzheimer,  sino de revertir de forma muy significativa la pérdida de memoria asociada a la enfermedad.

"Este nuevo tratamiento resulta ciertamente prometedor para el desarrollo de nuevas terapias para los trastornos neurodegenerativos crónicos como la enfermedad de Alzheimer", explicó Christian Holscher, director de esta investigación.

La diabetes tipo 2 no es solo un factor de riesgo para el desarrollo del alzhéimer, sino que se encuentra directamente implicada en la progresión de este tipo de demencia. No en vano, numerosos estudios han demostrado que la incapacidad del organismo para producir o utilizar adecuadamente la insulina se asocia a un proceso degenerativo cerebral común tanto a la diabetes tipo 2 como al Alzheimer.

Además, también se ha observado una mayor resistencia a la insulina en el cerebro de los pacientes con Alzheimer. Y es que dado que la insulina es un factor de crecimiento con propiedades neuroprotectoras, la falta de sensibilidad a esta hormona podría jugar, tal y como han sugerido numerosos investigadores, un papel muy importante en el desarrollo de distintas enfermedades neurodegenerativas. 

los autores utilizaron un modelo animal al que manipularon genéticamente para que portara algunos de los genes responsables de un tipo hereditario de alzhéimer en humanos. Así, y una vez los animales envejecieron y desarrollaron irremisiblemente la enfermedad, fueron tratados con un fármaco con actividad triple agonista para el tratamiento de la diabetes.

Más concretamente, con un fármaco en el que se combinan tres factores de crecimiento –el péptido similar al glucagón tipo 1 (GPL-1), el polipéptido inhibidor gástrico (GIP) y el glucagón– para, así, tratar de proteger la neurodegeneración cerebral desde múltiples vías. Y es que, entre otras muchas características, los cerebros de los pacientes con alzheimer presentan una notable deficiencia en la señalización de factores de crecimiento.

Cabe recordar que los ratones tratados con este fármaco para la diabetes experimentaron una mejora muy significativa en su capacidad de memorización y aprendizaje. Pero aún hay más. El fármaco también incrementó los niveles de un factor de crecimiento cerebral que preserva la funcionalidad de las neuronas; redujo la cantidad de placas de beta-amiloide en el cerebro; disminuyó tanto la inflamación crónica como el estrés oxidativo; y ralentizó significativamente la tasa de pérdida neuronal.

"Estos resultados tan prometedores demuestran la eficacia de estos fármacos con múltiples receptores que fueron originalmente desarrollados para tratar la diabetes tipo 2 pero que ya habían mostrado efectos neuroprotectores consistentes en distintas investigaciones. Y es que los estudios clínicos llevados a cabo con una versión más antigua de este tipo de fármaco ya habían mostrado resultados muy alentadores en pacientes con alzhéimer o con trastornos del estado del ánimo"; indicó. 

"Aunque los beneficios de estos fármacos con actividad triple agonista tan solo se han evidenciado en ratones, otros trabajos con fármacos ya disponibles para la diabetes como la ‘liraglutida’ han demostrado un potencial real para el tratamiento de los pacientes con alzheimer, por lo que la continuación de este trabajo resulta absolutamente crucial", confirmó Doug Brown, director de Investigación y Desarrollo de la Sociedad de Alzheimer de Reino Unido.

"Necesitamos encontrar nuevas vías para abordar el alzheimer, enfermedad para la que no se ha desarrollado ningún nuevo tratamiento en casi 15 años. Es imperativo que exploremos qué fármacos ya desarrollados para tratar otras enfermedades pueden beneficiar a los pacientes con alzheimer y otros tipos de demencia. Este enfoque investigador podría acelerar la obtención de nuevos fármacos prometedores para la gente afectada por esta enfermedad", concluyó.