Trabajar sin máscaras, emplear sin barreras, Día Mundial de la Salud Mental

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Ocho de cada 10 personas con problemas de salud mental no tienen empleo y las que trabajan cobran un sueldo entre un 15 y un 20% inferior que el resto de los trabajadores sin discapacidad, según alertó la Confederación Salud Mental España coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Salud Mental.

Ante esta situación, Salud Mental España ha denunciado de forma reiterada que, aunque un problema de salud mental no tiene por qué ser un impedimento para obtener un empleo, "la baja inserción laboral de estas personas es una de las principales barreras para su integración social y su recuperación, fruto en gran medida de los prejuicios de quienes contratan".

Por ello, esta confederación, como representante estatal de más de 300 asociaciones de personas con problemas de salud mental y sus familiares y allegados, conmemora este día mundial con el lema 'Trabajar sin máscaras. Emplear sin barreras', para hacer hincapié en la salud mental en el lugar de trabajo.

En un comunicado, esta asociación subrayó que con este lema, el movimiento asociativo de personas con problemas de salud mental y sus familiares "busca sensibilizar en España a la Administración Pública, organizaciones, empleadores y profesionales para que se posibilite el derecho de las personas con problemas de salud mental a acceder y mantener un empleo"; y además, con esta campaña se recuerda que, "para prevenir estos problemas, en los entornos laborales se debe cuidar la salud mental de cualquier persona y se debe poder hablar sin tabúes sobre ello".

Tener un empleo digno, saludable y motivador es beneficioso para cualquier persona. En el caso de las personas con problemas de salud mental, el empleo es además "una vía fundamental para lograr la recuperación y la autonomía", y además facilita que se sustituya el rol de "enferma" por el rol de "trabajadora".

En España se considera que entre el 11% y el 27% de los problemas de salud mental se pueden atribuir a las condiciones de trabajo. Además, el coste directo de estos trastornos en concreto osciló entre 150 y 372 millones de euros en 2010.

Para el movimiento asociativo de este colectivo, estos datos muestran "la urgente necesidad de lograr entornos saludables y de crear una cultura empresarial que tenga en cuenta el bienestar de las personas empleadas y la prevención de los trastornos mentales".
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