Jueves, 14 de marzo de 2024
7 de cada 10 españoles se harían el test sin titubear, pero el porcentaje desciende a 2 si tuviera un coste. (Foto: fernandozhiminaicela/Pixabay)

Solo 2 de cada 10 se harían el test de COVID-19 si tuviera coste

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A lo largo de los últimos días se han dado a conocer las conclusiones del reciente estudio “Impacto Covid-19 en España”, realizado por la consultora de investigación de mercados Psyma Ibérica y la empresa de soluciones de investigación online Netquest. Esta semana se revelan nuevos datos, especialmente centrados en la actitud de los españoles frente al test, la vacuna, y un hipotético escenario de monitorización de movimientos a través de los dispositivos móviles.

El principal objetivo de la investigación realizada ha sido entender y dimensionar la afectación de la ciudadanía española al tiempo que pulsar la percepción en torno al proceso de vuelta a la “nueva normalidad.

Actitud de la población frente al test y la futura vacuna

Los resultados del estudio de Psyma y Netquest en relación con la actitud de la población frente al test son muy claros: se observa una elevada disposición a hacérselo, pero también una fuerte sensibilidad al precio. Así, 7 de cada 10 españoles se lo harían sin titubear, pero el porcentaje desciende a 2 de cada 10 en el caso de que tuviera un coste.

Resulta especialmente llamativo comprobar que casi un 7% de los españoles, de acuerdo con el estudio, son reacios al test con independencia de que sea gratis o no (un 2,4% y un 4,2% afirman estar “seguros de que no se lo harían” o “probablemente no se lo harían”, respectivamente, aunque fuera gratis).

Curiosamente, se observan diferencias de actitud entre las personas con distintas patologías: los más proclives a hacerse el test son los pacientes hipertensos (81,4%) si bien también son los que presentan una mayor sensibilidad al coste. Quienes padecen patologías respiratorias son los más reacios (63,0%).

La esperada vacuna

En cuanto a la vacuna, un 86% de los españoles estarían dispuestos a que les fuera administrada, si bien es cierto que a dos terceras partes de los mismos les gustaría esperar a que otras personas lo hubieran hecho antes y se hubiera comprobado tanto su eficacia como su seguridad.

Un sorprendente 14% se muestra reacio a la vacuna (“con seguridad no se la pondrían” o “en principio no les gustaría”).

No se observan diferencias reseñables en las personas con patologías en cuanto a la predisposición a la vacuna, a diferencia de lo que ocurre con el test.

Monitorización de movimientos a través del móvil

La mayoría de la población se muestra proclive a ser monitorizada a través de su dispositivo móvil, si con eso se consigue prevenir contagios, un porcentaje superior al que cabría suponer considerando la polémica que generan este tipo de medidas que afectan a la privacidad.

Solo un 25% de los españoles, según el estudio, se muestran “nada dispuestos” a ser monitorizados. El grupo más numeroso es el formado por las personas que se sienten “algo dispuestas” (26%). Un 32% afirman estar “totalmente dispuestos” o “muy dispuestos”.

Para prevenir malas interpretaciones (o falta de comprensión) que pudieran sesgar los resultados del estudio, se especificó a los entrevistados que “sería necesario descargar una aplicación que monitorizaría tus movimientos para poder avisarte si estás cerca de alguien contagiado”.

Entre las personas con patologías, no se observan diferencias reseñables al respecto de este hipotético escenario de monitorización.

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