Los factores del estilo de vida son mucho más fáciles de cambiar que, por ejemplo, los genes, ya que ambos parecen afectar a la susceptibilidad a un peor envejecimiento cerebral y cognitivo.
Se trata del primer fotofármaco con potencial terapéutico para luchar contra la enfermedad, causada por la reducción de la dopamina, debido a la muerte progresiva de las neuronas dopaminérgicas.
Dado que el proceso de la enfermedad se inicia años o décadas antes de la aparición de los síntomas, un marcador biológico podría resultar útil para un diagnóstico y tratamiento mucho más temprano.
Se estima que de siete a diez millones de personas viven con la enfermedad en todo el mundo. Se trata de una manera de expandir la forma de ver y tratar una variedad de enfermedades.
Los pacientes con Parkinson presentan unos niveles significativamente menores de cafeína en sangre que las personas sin la enfermedad.
Los cuidadores tienen una carga física, psíquica y emocional que puede acarrear consecuencias negativas, como repercusiones económicas, laborales y trastornos como el llamado síndrome del cuidador.
El riesgo de la enfermedad aumentó entre los pacientes que tomaron el medicamento propranolol, un fármaco que promueve la expresión de alfa-sinucleína para la hipertensión.
Las infecciones frecuentes o crónicas en el tracto gastrointestinal superior podrían sobrepasar la capacidad del cuerpo para eliminar la alfa-sinucleína.
Habría que verificar si la respuesta inmune a la alfa-sinucleína es causa inicial de Parkinson o si contribuye a la muerte neuronal y empeora los síntomas después de la aparición de la enfermedad.
Ayudar a predecir qué pacientes aquejados con la enfermedad de Parkinson sufrirán déficits cognitivos significativos es el primer paso a seguir.
Esta técnica también tiene el potencial para el diagnóstico temprano de otras enfermedades neurodegenerativas, caso de la enfermedad de Alzheimer o el Parkinson.
Cada año se diagnostican 18 casos por cada 100.000 personas y la ratio aumenta a partir de los 40 años, hasta el punto de que el 30% de la población de más de 80 años tiene esta patología.
Es posible que el virus de la hepatitis por sí mismo o, quizás, los tratamientos para tratar la infección, jueguen un papel en la aparición de la enfermedad de Parkinson.
La enfermedad de Parkinson conlleva muchos síntomas, y se espera que con este compuesto o con un derivado con un mecanismo de acción similar se pueda aliviar algunos de los mismos.
El tratamiento convencional para muchos trastornos neurológicos consiste en hacer llegar un fármaco al cerebro. Sin embargo, el Parkinson no está causado solo por cambios en el cerebro.