Mujer preocupada con la mirada pérdida. (Foto: Freepik)

¿Quién está en riesgo de sufrir ansiedad?

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Sentir ansiedad de manera ocasional es lo más natural del mundo.

Todos en algún momento sentimos miedo, depresión, tristeza, preocupación por el futuro o por situaciones que no nos gustan.

Pero cuando estos episodios se vuelven repetitivos y constantes es cuando se puede padecer un trastorno de ansiedad y se debe tomar con bastante seriedad y buscar ayuda profesional.

Cómo lo detectamos

Este tipo de problemas interfieren con las actividades que se hacen de manera cotidiana, como ir a estudiar, salir de compras e interactuar con el resto de las personas. Cualquier sea su origen puede mejorar con tratamiento especializado.

Las causas varían de acuerdo con la manera como la persona adopta ciertas circunstancias en su vida. También puede ser un efecto de ciertos medicamentos o por una enfermedad oculta.

Al tener los síntomas que se nombran a continuación de manera continua y sin poder controlarlo es necesario adoptar la decisión de tratarse con un especialista para mantener la ansiedad a raya.

  • Sensación de pánico, peligro inminente.

  • Nervios, tensión.

  • Hiperventilación.

  • Palpitaciones aceleradas.

  • Temblores.

  • Sudoración sin actividad física fuerte.

  • Cansancio o debilidad.

  • Problemas para dormir.

  • Exceso de preocupaciones.

  • Impaciencia.

Estos síntomas pueden sentirse en cualquier momento, pero resultan preocupantes si son constantes y no se pueden controlar. La persona podría desencadenar algún trastorno psicológico mayor como la agorafobia, mutismo selectivo, fobia social o trastornos de ansiedad por separación, por una enfermedad o por un hecho impactante.

Acudir a médicos especialistas a priori evitará futuras repercusiones en la persona. También se recomienda realizar un chequeo de la salud mental y emocional.

En muchas ocasiones al no tratar los problemas de ansiedad de una manera controlada y profesional, los pensamientos o comportamientos suicidas pueden llegar a ser el detonante para adoptar acciones inmediatamente.

A quién afecta más

Aunque a cualquier persona le puede dar un ataque de pánico en algún momento de su existencia, la ansiedad es más propensa en personas con características más específicas. El género, herencias genéticas, edad, factores socioeconómicos y vivencia de situaciones extremas son algunos de ellos.

Las mujeres son más propensas a sufrir ataques de ansiedad, pero esto solo se demuestra porque son las que más acuden a solicitar ayuda médica y a someterse a tratamientos para este problema. Lo que podría decirse que tal vez no afecta tanto el género como la necesidad de salir de la enfermedad.

Según estudios los jóvenes en la actualidad que viven conectados a internet tienen mucha más propensión a sufrir ataques de ansiedad, sobre todo si es una adicción estar online.

El medio en el que se desarrolla la vida de las personas influye directamente en los miedos y preocupaciones que producen la ansiedad, como vivir en país o en otro donde se ha demostrado mayor cantidad de pacientes con este trastorno.

Además, el estrés laboral para las personas que no tienen mucha interacción social les puede generar ataques de pánico y fobia social.

Hay casos puntuales como por ingerir ciertos medicamentos, por un embarazo, o una situación estresante puntual que llegan a detonar un caso de ansiedad.
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