Qué es la neuroplasticidad
Hay quien dice que “la vida nos forja” y tiene toda la razón, ya que según transcurre la vida, así tendremos nuestro carácter y nuestra personalidad.
Pero eso no es algo exclusivo del carácter, sino que el cerebro, también va cambiando físicamente con nosotros.
El modo en que cambia nuestro cerebro a partir de la interacción con el entorno es la neuroplasticidad. Todas las interacciones son diferentes incluso en el caso de un par de gemelos, donde el cerebro de ambos termina siendo muy diferente. Esos cambios son lo que estudia la neuroplasticidad.
Cuando ocurre la neuroplasticidad
Esto ocurre de manera constante, incluso en mitad de nuestro sueño, ya que siempre estamos recibiendo estímulos y emitiendo acciones. Eso, de una u otra manera, hace que nuestro cerebro vaya cambiando durante todo el tiempo y comportándose como si fuera plástico, de ahí el nombre de neuroplasticidad.
La neuroplasticidad depende de una inteligencia externa que modela desde fuera la inteligencia, cómo lo haría alguien modelando el plástico. Por otro lado, esto cambia de forma constante, no pasa por una “fase de fabricación”.
Cómo ocurre la neuroplasticidad
Las neuronas se conectan entre sí de distinta manera. Debemos ver nuestro cerebro como una maraña de cuerpos microscópicos que se conectan entre sí mandándose información entre ellas, como si se tratara de cables intercambiando información entre ellas.
Cuando, entre un grupo de neuronas tiende a repetirse este trasvase de información la unión tiende a hacerse más intensa. Esto es lo que va modificando poco a poco el sistema nervioso.
Estas neuronas se pueden activar por causas visuales, por ejemplo, al ver una tarta de chocolate, eso, nos va cambiando poco a poco nuestro cerebro.
Todas las porciones de vivencias que tenemos a lo largo del día hacen que nuestras conexiones se activen más a menudo y, por lo tanto, sintamos y pensemos las cosas de una manera única.
Las implicaciones
Las implicaciones que nos da la neuroplasticidad son muy grandes, ya que podemos pensar que nuestra felicidad y bienestar depende en gran parte de estas conexiones.
Pero es que, además, la plasticidad del cerebro es lo que nos permite ser conscientes de nosotros mismos, también nos ayuda a aprender de nuestros errores y a disponer en todo el conjunto de una “vida mental”.
Esto también tiene implicaciones en el ámbito laboral, ya que el estudio de la neuroplasticidad ayuda a escoger el mejor candidato. Estos estudios ayudan a determinar el candidato con una mayor adaptación al cambio y un mayor acierto en cuanto a la selección de personal.
Pero eso no es todo, ya que los estudios que se hacen y se siguen haciendo acerca de esto promete resultados en cuanto a la capacidad de ayuda psicológica y mental. Esto puede revolucionar la psicología si así ocurre.
Y es que no solo los niños pueden aprender comportamiento, lo hacemos ya, de hecho, cualquier persona en cualquier situación. Esto hace que las implicaciones que podamos encontrar sean enormes, tanto para el estadio actual de las investigaciones como por el posible futuro.
Pero eso no es algo exclusivo del carácter, sino que el cerebro, también va cambiando físicamente con nosotros.
El modo en que cambia nuestro cerebro a partir de la interacción con el entorno es la neuroplasticidad. Todas las interacciones son diferentes incluso en el caso de un par de gemelos, donde el cerebro de ambos termina siendo muy diferente. Esos cambios son lo que estudia la neuroplasticidad.
Cuando ocurre la neuroplasticidad
Esto ocurre de manera constante, incluso en mitad de nuestro sueño, ya que siempre estamos recibiendo estímulos y emitiendo acciones. Eso, de una u otra manera, hace que nuestro cerebro vaya cambiando durante todo el tiempo y comportándose como si fuera plástico, de ahí el nombre de neuroplasticidad.
La neuroplasticidad depende de una inteligencia externa que modela desde fuera la inteligencia, cómo lo haría alguien modelando el plástico. Por otro lado, esto cambia de forma constante, no pasa por una “fase de fabricación”.
Cómo ocurre la neuroplasticidad
Las neuronas se conectan entre sí de distinta manera. Debemos ver nuestro cerebro como una maraña de cuerpos microscópicos que se conectan entre sí mandándose información entre ellas, como si se tratara de cables intercambiando información entre ellas.
Cuando, entre un grupo de neuronas tiende a repetirse este trasvase de información la unión tiende a hacerse más intensa. Esto es lo que va modificando poco a poco el sistema nervioso.
Estas neuronas se pueden activar por causas visuales, por ejemplo, al ver una tarta de chocolate, eso, nos va cambiando poco a poco nuestro cerebro.
Todas las porciones de vivencias que tenemos a lo largo del día hacen que nuestras conexiones se activen más a menudo y, por lo tanto, sintamos y pensemos las cosas de una manera única.
Las implicaciones
Las implicaciones que nos da la neuroplasticidad son muy grandes, ya que podemos pensar que nuestra felicidad y bienestar depende en gran parte de estas conexiones.
Pero es que, además, la plasticidad del cerebro es lo que nos permite ser conscientes de nosotros mismos, también nos ayuda a aprender de nuestros errores y a disponer en todo el conjunto de una “vida mental”.
Esto también tiene implicaciones en el ámbito laboral, ya que el estudio de la neuroplasticidad ayuda a escoger el mejor candidato. Estos estudios ayudan a determinar el candidato con una mayor adaptación al cambio y un mayor acierto en cuanto a la selección de personal.
Pero eso no es todo, ya que los estudios que se hacen y se siguen haciendo acerca de esto promete resultados en cuanto a la capacidad de ayuda psicológica y mental. Esto puede revolucionar la psicología si así ocurre.
Y es que no solo los niños pueden aprender comportamiento, lo hacemos ya, de hecho, cualquier persona en cualquier situación. Esto hace que las implicaciones que podamos encontrar sean enormes, tanto para el estadio actual de las investigaciones como por el posible futuro.
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