El cáncer de cérvix, cáncer cervical o de cuello uterino es una de las enfermedades más extendidas. (Foto: Freepik)

¿Qué es el cáncer de cérvix?

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El cáncer de cérvix, también llamado cáncer cervical o de cuello uterino, es el que ocurre en esta parte del cuerpo, y de allí su nombre.

Normalmente, los cánceres de cérvix se clasifican de acuerdo con el tipo de células donde comenzaron. La mayoría de estos cánceres son carcinomas de células escamosas, que son planas, delgadas y se forman en la superficie del cuello uterino.

¿Cuál es el origen del cáncer de cérvix?

El cuello uterino es la parte inferior (más baja) del útero, donde crece el feto durante la gestación, y termina en la parte superior de la vagina.

Es causado principalmente por el VPH (virus del papiloma humano) y se transmite por contacto sexual.

Detección y diagnóstico

La mejor prueba para detectar el cáncer de cérvix en su fase temprana es la citología o Papanicolau (que debe hacerse una vez al año), y la prueba del VPH. Se pueden hacer por separado o juntas.

La costumbre de hacerse las pruebas de rutina una vez al año ha demostrado ser la forma más eficaz para detectar y tratar adecuadamente el cáncer de cérvix, ya que cuanto más temprano se diagnostique más probabilidades hay del éxito del tratamiento.

Igualmente hay que estar alerta ante cualquier síntoma o señal, y consultar al especialista de inmediato.

Síntomas del cáncer de cérvix

En la fase temprana, las mujeres usualmente no presentan síntomas. Las señales se manifiestan cuando el cáncer está más avanzado y el tumor crece hacia los tejidos adyacentes.

En esta fase, los síntomas más frecuentes son:

  • Sangrado vaginal anormal: después del sexo vaginal; después de la menopausia; manchado o sangrado entre periodos; periodos más extendidos o con sangrado más abundante; posible sangrado luego de una ducha vaginal.

  • Secreción vaginal anormal, que puede contener algo de sangre; se puede presentar después de la menopausia o entre periodos.

  • Dolor durante las relaciones sexuales.

  • Dolor en la zona pélvica.

Cuando el cáncer está más avanzado, los síntomas incluyen:
  • Sangre en la orina.

  • Dificultad para orinar o evacuar.

  • Inflamación en las piernas.

  • Dolor de espalda.

  • Fractura o dolor en los huesos.

  • Inapetencia.

Si se presentan alguno de estos síntomas, lo conveniente es acudir al médico.

Tratamiento

El tratamiento para el cáncer de cérvix dependerá de varios factores: la fase en que se encuentra la enfermedad, el tamaño y la forma del tumor, edad y salud de la mujer y si desea tener hijos en el futuro.

Normalmente, en las fases tempranas, la cirugía extirpa el tejido canceroso o precanceroso, sin que signifique la extirpación completa del útero ni daños al cuello uterino. De esta forma, si la mujer desea tener hijos no habría problemas.

Otros tratamientos para el cáncer temprano son la escisión electroquirúrgica con LEEP (es decir, extirpa el tejido enfermo con electricidad), la crioterapia, que es el congelamiento de las células cancerosas, la terapia con láser y la histerectomía parcial.

Para el cáncer de cérvix más avanzado, el tratamiento es la histerectomía radical (se extirpa el útero por completo), la radioterapia y quimioterapia, y la evisceración pélvica, que es un procedimiento extremo donde se retiran todos los órganos de la pelvis, incluidos el recto y la vejiga.
 
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