¿Es verdaderamente sano comerse un bocadillo?. (Foto: Envato)

La pregunta del millón: ¿es bueno para la salud comerse un bocadillo?

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Si hay algo que está muy rico y, en algunas ocasiones, son considerados delicatesen... esos son los bocadillos. ¿Quién no tiene un recuerdo de su infancia asociado a un bocadillo compartido en el patio del colegio o cuando sus padres le recogían?

Además de ricos, pueden hacerse de muchas maneras posibles. Se pueden tomar como alimento en la oficina, prepararlo como desayuno a los niños, almorzarlos en una excursión y son perfectos para una cena rápida cuando no hay ganas de hacer una elaborada comida. 

Actualmente, y debido a los cambios en la alimentación,  la nutrición es determinante para mantener un buen estado salud a corto y largo plazo. Pero, ¿realmente son sanos?


En principio, el bocadillo puede ser una comida saludable. Siempre, eso sí, que su consumo no desplace a otros alimentos como son frutas, verduras, legumbres… Algo lógico. Tampoco hay que alimentarse a base de bocadillos siempre porque provocaría cambios en nuestra dieta. 

Esto es aplicable a cualquier otro alimento, ya que el consumo exclusivo de algo hace que se desplacen otros alimentos que también son necesarios. Dicho esto, comer un bocadillo a media mañana como almuerzo o, eventualmente, como comida o cena rápida puede ser saludable si se eligen de forma correcta los ingredientes.

La buena noticia es que en ese caso incluso se puede considerar una comida equilibrada, que aporta la energía y nutrientes necesarios y sin exceso de calorías. También hay que tener en cuenta los alimentos que incluimos en el bocata. 

El pan debe ser el de meor calidad, aunque es preferible que sea integral. Eso permite una absorción más lenta de los hidratos de carbono y aumenta la sensación de saciedad. También es importante incluir vegetales, como  tomate, lechuga, cebolla, calabacín… Aportan vitaminas, minerales y fibra. También es importante incluir proteínas ya sea de origen animal (jamón, pechuga de pollo, lomo, atún…) o vegetal (hummus, tofu…).

Conviene elegir una grasa saludable y en proporciones no demasiado elevadas, con el fin de aportar palatabilidad y caracteres organolépticos deseables. Además, el bocadillo se puede complementar con una fruta o con un lácteo como postre con lo que se terminaría de asegurar la calidad de la comida.


 
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