Ya es posible diagnosticar la enfermedad de Alzheimer de forma precoz

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La enfermedad de Alzheimer es una dolencia neurodegenerativa, es decir, causada por una destrucción progresiva de las neuronas cerebrales. Una enfermedad que constituye el tipo más común de demencia y que, ya en la actualidad, padecen cerca de 30 millones de personas en todo el planeta.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cifra global de afectados ascenderá hasta los 53 millones en poco más de tres décadas. Sin embargo, y a pesar de la infinidad de investigaciones realizadas, aún no se ha descubierto ningún tratamiento que resulte eficaz una vez han aparecido los síntomas de la enfermedad.

De ahí la importancia, crucial, del diagnóstico precoz del Alzheimer, lo que posibilitaría una mejor atención y tratamiento de los afectados ya desde las fases iniciales de la patología. 

Ahora, investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) parecen haber dado con una de las claves para identificar a aquellas personas con un alto riesgo de desarrollarla: el deterioro en el procesamiento del lenguaje escrito –o lo que es lo mismo, la pérdida de la capacidad para identificar o comprender las palabras escritas.

"Una de las características principales de la enfermedad de Alzheimer es el deterioro progresivo del lenguaje. Sin embargo, hay muy pocos estudios que hayan investigado la capacidad de procesamiento del lenguaje durante el periodo que transcurre entre la aparición de los síntomas iniciales de la enfermedad y su completo desarrollo", comentó Ali Mazaheri, director de esta investigación.

Para llevar a cabo el estudio, los autores contaron con la participación de 25 personas mayores que se sometieron a un electroencefalograma para medir el tiempo que tardaban en procesar las palabras que veían en la pantalla de un ordenador. Concretamente, la muestra de participantes en el estudio incluía personas mayores completamente sanas, mayores con deterioro cognitivo leve, y pacientes que habían desarrollado la enfermedad de Alzheimer tras haber sido diagnosticados hacía menos de tres años de deterioro cognitivo leve.

"El objetivo era detectar la posible existencia de anomalías en la actividad cerebral durante el procesamiento del lenguaje en los pacientes con deterioro cognitivo leve, anomalías que podrían ofrecernos una visión sobre su probabilidad de desarrollar alzhéimer. La razón por la que nos centramos en el lenguaje obedece a que se trata de un aspecto crucial de la cognición que se ve particularmente deteriorado durante la progresión de la enfermedad", comentó Ali Mazaheri.

Como apunta Katrien Segaert, co-autora de la investigación, "el resultado más importante de nuestro estudio es que la respuesta cerebral es anómala, cuando no ‘aberrante’, en los individuos que acabarán desarrollando la enfermedad de Alzheimer en el futuro. Una respuesta que, por su parte, se mantiene ‘intacta’ en las pacientes que se mantienen estables".

"Es posible que esta interrupción en la red neuronal cerebral asociada con el lenguaje en los pacientes con deterioro cognitivo leve pueda usarse como un marcador crucial para identificar el riesgo de una persona de desarrollar alzhéimer. Así, el próximo paso será evaluar este biomarcador en una muestra más amplia de pacientes y ver si es un predictor específico de la enfermedad de Alzheimer o un marcador general de la demencia en la que se encuentra implicada el lóbulo temporal", explicó. 

"La verificación de este marcador podría allanar el camino para una intervención farmacológica más temprana y el desarrollo de una prueba no invasiva y ciertamente barata mediante el uso del EEG como parte de la evaluación médica rutinaria en aquellos pacientes que acudan a la consulta preocupados por su memoria", indicó. 


 
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