Dudas sobre los embutidos: ¿se pueden comer todos los días?. (Foto: Envato)

La piel de los embutidos: ¿se puede comer o existe algún riesgo?

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El embutido se define como tripa rellena con carne picada, principalmente de cerdo. Si aceptamos este tipo de definiciones, solo podríamos considerar como tales el chorizo, el salchichón, la sobrasada... Sin embargo, en el día a día se incluyen muchas más variedades de carnes procesadas en esta categoría, como el jamón (ibérico, cocido, serrano…) o el fiambre de pavo o pollo.

El embutido plantea diversas dudas relacionadas con la salud, como si es bueno comerlo con frecuencia o los riesgos que plantean algunos de los ingredientes que se emplean en su elaboración. Entre las preocupaciones que suscita ocupa un lugar destacado la que se refiere a la piel: ¿es sano comérsela? Dos expertas en nutrición nos lo aclaran.

“La piel que recubre el chorizo, el fuet o el salchichón puede estar hecha de tripa natural, para lo que se utilizan diferentes partes del intestino del animal, o por envoltura artificial, que se elabora utilizando celulosa, colágeno o a partir de un material de origen plástico autorizado”, explicó Patricia Casas-Agustench, Profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC). 

La experta señala que la piel está hecha de tripa natural y se puede comer”, aunque considera que cuando se trata de piel sintética “lo ideal sería quitarla, pero no va pasar nada porque nos comamos un trozo. El propio envase debería indicarnos que tipo de tripa tiene y si es comestible o no”.

El polvo blanquecino que recubre la piel del fuet y algunos chorizos y salchichones es debido al moho que se forma en su elaboración. “Es un hongo que se encarga de mantener a otros hongos dañinos alejados del alimento. Se puede quitar, pero siempre que la piel sea natural no pasaría nada por comerlo", comenta.

Ese polvillo, al no estar compuesto por harina, “no supone ningún peligro para las personas con enfermedad celíaca”, aclara la dietista-nutricionista. Respecto a si es posible comer embutidos llevando una dieta sana, los expertos son claros. Es posible “darle cabida al embutido dentro de una dieta saludable, siempre y cuando tenga una calidad aceptable y no se abuse de su consumo. La cantidad o la frecuencia va a depender del tipo de embutido (no es lo mismo hablar de jamón ibérico, jamón cocido o chorizo)”, aclaran. 

La experta de la UOC alega que, en puridad, “se entiende como embutidos aquellas piezas preparadas a partir de carne (generalmente picada), que se suele condimentar con hierbas aromáticas y especias, pasando por diferentes procesos e introducida (embutida) en piel de tripas o una tripa artificial y comestible. El chorizo, la sobrasada, el salchichón, el fuet o la salchicha son algunos ejemplos”. 

Se recomienda consumir un máximo de 70 gramos de carne roja al día y hacer un consumo ocasional de carne procesada, donde estarían incluidos los embutidos. “Recientemente se ha visto que el consumo de 25 gramos de carne procesada al día, que equivaldría a una loncha de tocino o bacon, se asocia con un 44% más de riesgo de desarrollar demencia”, detallan los expertos.  
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