El peligro de algunos de los tratamientos contra el cáncer

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El objetivo de cualquier tratamiento frente al cáncer, ya sea la quimioterapia, la radioterapia o la inmunoterapia, es destruir las células tumorales. Un objetivo que, paradójicamente, puede tener un efecto contraproducente. Y es que en algunos tipos de cáncer, la eliminación por el organismo de las células cancerígenas moribundas o, directamente, muertas, acaba promoviendo el crecimiento del tumor. Y de una forma mucho más rápida.

Así  sucede, cuando menos, en el cáncer de próstata metastásico, en el que el tumor ha migrado para colonizar otros órganos. Entonces ¿qué se puede hacer?  Evitar que la limpieza natural por el organismo sirva de combustible para la proliferación tumoral.

"Los hallazgos de nuestro estudio pueden abrir la puerta al desarrollo de fármacos que, permitiendo la eliminación por el organismo de las células moribundas, bloqueen esta dañina aceleración del crecimiento del tumor", explicó Hernán Roca, director de esta investigación.

La  eferocitosis, esto es, la eliminación por el organismo de los desechos celulares, es un proceso natural y absolutamente vital común tanto a las personas sanas como a los pacientes de cáncer. Sin embargo, y como sucede en el cáncer de próstata metastásico, este proceso de limpieza puede acabar resultando ciertamente peligroso.

En el estudio, llevado a cabo con cultivos de células de cáncer de próstata metastásico, los autores observaron que la eferocitosis se acompañaba de la producción de una proteína proinflamatoria que, denominada CXCL5, no es liberada durante los procesos de limpieza que se llevan a cabo en situaciones sanas. Y lo que es más importante, constataron que esta CXCL5 estimulaba el crecimiento tumoral.

Esta muerte celular no solo se asoció a un incremento de la producción de CXCL5, sino también con una aceleración del crecimiento de los tumores. Sin embargo, y una vez la proteína CXCL5 fue inhibida, la progresión de los tumores se vio interrumpida.

Los resultados mostraron que los pacientes presentaban unos niveles de CXCL5 no solo muy superiores a los de las personas sanas, sino también a los de aquellos con cáncer de próstata localizado, es decir, en el que tumor aún no se ha expandido a otros órganos.

"Cuando tiene lugar un cáncer, la proliferación celular incontrolada se encuentra acompañada de una cantidad elevada, o significativa, de muerte celular, y estas células muertas deben ser eliminadas. Así, el reto que se plantea es hallar la manera de tratar a estos pacientes para evitar esta respuesta proinflamatoria que promueve el crecimiento tumoral mientras se conserva el proceso esencial de eliminación celular", comentó el experto. 

Debe tenerse en cuenta que las metástasis del cáncer de próstata se localizan frecuentemente en los huesos, y que cuando el tumor ha alcanzado el tejido óseo ya resulta totalmente incurable. Así, y dado que los huesos son un reservorio rico en macrófagos, los hallazgos del nuevo estudio podrían abrir la puerta al desarrollo de nuevas terapias más eficaces frente al cáncer.


 
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