Máximo cuidado con el sol cuando se toman medicamentos

Compartir en:
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
Los antibióticos y la exposición al sol no son siempre una buena combinación, la mezcla puede acarrear algún tipo de riesgo para la salud como puede ser el aumento de la sensibilidad de la piel o reacciones alérgicas.

Por un lado, los medicamentos no deben exponerse al sol y a las altas temperaturas, ya que puede verse modificada su composición y alterar su efectividad. Por otro, si las personas son las que toman el sol al tiempo que están sometidos a un tratamiento, se pueden encontrar con síntomas de irritación de la piel. Es lo que se conoce como un aumento de la fotosensibilidad.

Cuando el fármaco provoca una reacción del sistema inmune, dando lugar a urticaria, se denomina fotoalergia. Ambas pueden afectar a diferentes zonas de la piel, obviamente corren mayor riesgo aquellas que están más expuestas a la luz solar (caras, manos, cuello).

Los médicos recomiendan no exponerse demasiado al sol ya que se pueden formar compuestos tóxicos y con ello la aparición de eritemas, manchas, vesículas o ampollas en la piel.

De hecho también pueden provocar picazón, náuseas, diarreas o dolor de cabeza. Generalmente las reacciones alérgicas y lesiones cutáneas desaparecen en unos 2-7 días una vez que se deja de tomar el medicamento; pero algunas, como las manchas, pueden durar meses o incluso años.

Pero, ¿qué medicamentos pueden producir reacciones? Los diuréticos, antihipertensivos, antidepresivos, antibióticos, anticonceptivos, antiinflamatorios, corticoides o antihistamínicos.

Si se la persona está tomando un tratamiento de este tipo, hay que mirar si ese medicamento en concreto que se está ingiriendo es fotosensibilizante, es decir, que puede provocar en la piel una reacción por la exposición al sol. Ante cualquier duda conviene preguntar siempre al médico o farmacéutico.

Las recomendaciones de los expertos van desde evitar tomar el sol y también las cabinas de rayos UV, utilizar un fotoprotector de factor elevado y cubrirse con ropa, gorra y gafas. Otra opción puede ser tomar o aplicar por la noche los fármacos si es que solo se requiere una sola dosis diaria.

Conviene leer siempre el prospecto de los medicamentos, además de evitar automedicarse y evitar trastocar las indicaciones del médico a la hora de tomarlos (dosis, duración). Se recomienda consultar a un especialista ya que todos los medicamentos tienen efectos secundarios, por tanto, no reaccionan igual en todos los organismos.


 
Compartir en: