Las neuronas podrían tener la receta para la enfermedad de Parkinson

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Investigadores del Instituto Buck (EE.UU.) presentaron en un artículo que se publica en Cell Reports una nueva vía potencial para el parkinson, un desorden neurológico incurable y progresivo, que afecta millones de personas, despojándoles de la capacidad de controlar el movimiento. 

La clave, aseguran los investigadores radica en la eliminación sistémica de astrocitos senescentes. Los resultados en modelo de ratón han sido positivos.

Las células senescentes, que dejan de dividirse en respuesta al estrés, secretan factores nocivos que causan daño tisular y conducen a la inflamación crónica. "Aunque se ha visto implicada la senescencia en el parkinson y otras enfermedades neurodegenerativas, creemos que es la primera vez que limpiar las células inflamatorias evita que los síntomas se desarrollen en un mamífero vivo", indicó la autora principal del estudio. 

"Esperamos que el hecho de que pudiéramos hacer esto en un modelo esporádico, más que genético, del Parkinson, resalte su relevancia como una nueva forma potencial de abordar la forma más prevalente de la enfermedad", señaló.

Los investigadores afirman que se trata de una investigación inusual dado que se centra en la senescencia de los astrocitos, las llamadas células  colaboradoras que realizan una variedad de tareas, desde la guía del axón y el soporte sináptico hasta el control de la barrera hematoencefálica y el flujo sanguíneo. A pesar de que los astrocitos son el tipo de célula más numerosa dentro del sistema nervioso central, Andersen cree que han sido subestimados como hijastros en la mayoría de las investigaciones básicas de neurociencia.

Asimismo, la autora considera que la gran mayoría de la investigación sobre el párkinson se ha centrado en la toxicidad que afecta directamente a las neuronas específicas implicadas en la patología, «pero nadie ha presentado un tratamiento efectivo basado en ese enfoque. Esta investigación sugiere que los astrocitos senescentes pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad y estamos emocionados de explorar esta vía".

"La inflamación crónica alimentada por la senescencia provoca muchas enfermedades relacionadas con la edad y es muy posible que el Parkinson esté entre ellos", indicó y señaló que "este modelo nos brinda una manera de expandir nuestra forma de ver y potencialmente tratar una variedad de enfermedades".

Existe una necesidad desesperada de tratamientos para el párkinson. Se estima que de siete a diez millones de personas viven con la enfermedad en todo el mundo. Además del temblor en reposo y la dificultad para caminar y mantener el equilibrio, el Parkinson también conduce al deterioro cognitivo y la depresión, y los síntomas se vuelven más severos a medida que la enfermedad avanza.