Las estatinas, claves en el riesgo de aparición de la diabetes

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Las estatinas son un grupo de fármacos que se utilizan para reducir los niveles de colesterol en el organismo y, de esta manera, disminuir el riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Dichas estatinas  se corresponden con uno de los medicamentos más utilizados en todo el mundo y que, según algunas investigaciones, podrían resultar útiles para reducir la mortalidad en los cuatro tipos de cáncer más comunes como son el pulmón, el de mama, el de próstata y colorrectal. 

Las estatinas, como todos los fármacos, se asocian a efectos secundarios, por lo que deben siempre ser tomadas, además de con la necesaria y obligatoria prescripción médica, con precaución. De hecho, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein en Nueva York (EE.UU.) sugiere que el tratamiento a largo plazo con estatinas puede llegar a incrementar en más de un 30% el riesgo de desarrollo de la diabetes tipo 2 en personas con predisposición a padecer esta enfermedad metabólica.

"Nuestro estudio es de tipo observacional, por lo que no se pueden extraer conclusiones del tipo ‘causa y efecto’. Sin embargo, algunas investigaciones experimentales han sugerido que las estatinas pueden dañar la producción de la insulina, esto es, la hormona necesaria para reducir los niveles de glucosa en la sangre", indicó Jill Crandall, directora de esta publicación.

Debe tenerse en cuenta que si bien el porcentaje de participantes que tomaban estatinas al inicio del DPPOS fue de únicamente un 4%, este porcentaje aumentó progresivamente hasta alcanzar el 33% al cabo de 10 años. Y este tratamiento con estatinas, ¿tuvo algún efecto sobre el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2? Pues sí, y muy significativo. 

"Si bien es cierto que los participantes a los que se prescribieron las estatinas tenían unos niveles ligeramente superiores de glucosa en sangre al inicio del estudio, este hecho no explica sus mayores tasas de diabetes. Nuestros resultados se mantienen firmes con independencia del criterio empleado para determinar la necesidad de tratamiento con estatinas, lo que sugiere que estos factores no contribuyeron de una forma significativa al riesgo de diabetes", comentaron los autores. 

"El potencial, aun modesto, incremento en el riesgo de diabetes debe ser sopesado cuidadosamente frente a las reducciones significativas en el riesgo de infarto agudo de miocardio o ictus", indicaron y añadieron que "deben controlarse los niveles de glucosa y reforzar los hábitos de vida saludable en todos los pacientes en altor riesgo a los que se prescriben estatinas para la profilaxis de la enfermedad cardiovascular".


 
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