En esencia, un ictus consiste en un cese del riego sanguíneo en una parte del cerebro, ya sea por el bloqueo de un vaso (ictus isquémico) o por un derrame sanguíneo (ictus hemorrágico). Sea como sea, lo que está claro es que puede causar graves daños en el cerebro, y que como es lógico la mayoría de sus síntomas son de naturaleza neurológica.
Siempre se incide en la importancia de detectar los síntomas del ictus de manera temprana para mejorar el pronóstico del paciente, ya que una vez que el evento se ha iniciado cada segundo que pasa se incrementa el riesgo de que se produzcan daños permanentes.
Pero, un aspecto que a menudo se ignora es que pueden existir algunas diferencias significativas en cómo se presenta este incidente en función del género de quien lo sufra. En este caso, vamos a centrarnos específicamente en sus manifestaciones más característicamente masculinas.
No se trata de un síntoma, pero uno de los aspectos que cabe destacar es que el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular es ligeramente inferior en los hombres que en las mujeres (de hecho, en estas últimas el ictus constituye actualmente la primera causa de muerte en nuestro país).
Los síntomas clásicos del ictus incluyen, según señala la clínica estadounidense Mayo:
- Dificultad para hablar o entender a otras personas.
- Parálisis o entumecimiento de la cara, el brazo o la pierna.
- Problemas para ver en uno u ambos ojos.
- Dolor de cabeza.
- Problemas para caminar.
COMENTARIOS