Fatiga y dolor de cabeza, los efectos positivos de la vacuna contra la COVID-19
Expertos de la University of New South Wales (Australia) señalaron que los efectos secundarios de las vacunas contra la Covid-19 deben tenerse en cuenta como síntoma de eficacia y no por ello se debe provocar miedo a los ciudadanos.
El positivo avance en la vacunación y el desarrollo de vacunas efectivas y seguras contra la Covid-19 ofreció un gran esperanza sobre la pandemia mundial. Está bajo control. Sin embargo, la vacunación sigue siendo incompleta en muchos países desarrollados, y va aún más retrasada en el mundo en desarrollo.
Estos comentarios provocan que muchas veces la población tenga dudas sobre la efectividad de las vacunas. Pero nada más lejos de la realidad. Los recelos se dan especialmente en los jóvenes, que por lo general soportan bien la Covid-19, con síntomas mínimos o incluso sin ellos.
Además, está bien documentado que las vacunas pueden tener efectos secundarios importantes; de hecho, el temor a estos efectos secundarios puede aproximarse al de la propia infección por el SARS-CoV-2 en algunas poblaciones.
Para tranquilizar a los que tienen reservas sobre las vacunas, los autores de este artículo de opinión, publicado en la revista Science Immunology, sugieren que "es muy probable, aunque no está probado, que los efectos secundarios de las vacunas sean simplemente un subproducto de una breve ráfaga de generación de interferón tipo I concomitante a la inducción de una respuesta inmunitaria eficaz".
Por lo tanto, sostienen que "la perspectiva de la fatiga y el dolor de cabeza después de la vacunación contra la Covid-19 debe ser vista positivamente, como un preludio necesario para una respuesta inmune eficaz".
Las dudas sobre las vacunas, motivadas en parte por el miedo a los efectos secundarios documentados en las revistas científicas y los medios de comunicación, podrían impedir que la población mundial alcance la inmunidad de grupo.
El positivo avance en la vacunación y el desarrollo de vacunas efectivas y seguras contra la Covid-19 ofreció un gran esperanza sobre la pandemia mundial. Está bajo control. Sin embargo, la vacunación sigue siendo incompleta en muchos países desarrollados, y va aún más retrasada en el mundo en desarrollo.
Estos comentarios provocan que muchas veces la población tenga dudas sobre la efectividad de las vacunas. Pero nada más lejos de la realidad. Los recelos se dan especialmente en los jóvenes, que por lo general soportan bien la Covid-19, con síntomas mínimos o incluso sin ellos.
Además, está bien documentado que las vacunas pueden tener efectos secundarios importantes; de hecho, el temor a estos efectos secundarios puede aproximarse al de la propia infección por el SARS-CoV-2 en algunas poblaciones.
Para tranquilizar a los que tienen reservas sobre las vacunas, los autores de este artículo de opinión, publicado en la revista Science Immunology, sugieren que "es muy probable, aunque no está probado, que los efectos secundarios de las vacunas sean simplemente un subproducto de una breve ráfaga de generación de interferón tipo I concomitante a la inducción de una respuesta inmunitaria eficaz".
Por lo tanto, sostienen que "la perspectiva de la fatiga y el dolor de cabeza después de la vacunación contra la Covid-19 debe ser vista positivamente, como un preludio necesario para una respuesta inmune eficaz".
Las dudas sobre las vacunas, motivadas en parte por el miedo a los efectos secundarios documentados en las revistas científicas y los medios de comunicación, podrían impedir que la población mundial alcance la inmunidad de grupo.
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