El éxito de la homeopatía en España tiene nombre y apellidos

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Mujer de 46 años de edad, clase media o alta, con estudios superiores y una ideología política progresista. Este es el patrón tipo del consumidor de homeopatía en España según investigadoras de la Universidad de Valencia tras examinar los datos de 2.486 personas extraídos del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

A principios de 2018 los productos homeopáticos carecían de licencia legal de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para ser vendidos en farmacias como medicamentos. Sin embargo, a partir de abril el Ministerio de Sanidad del anterior Gobierno de España reguló el registro de productos homeopáticos y su autorizó su comercialización como medicamentos.

Los resultados, publicados en la revista Atención Primaria, muestran que el usuario tipo de homeopatía en España es: mujer, de 46 años de edad, con una posición socioeconómica de clase media o alta, con estudios superiores universitarios y con un posicionamiento ideológico de izquierdas.

"Esto no significa que los hombres no consuman homeopatía, sino que son las mujeres las usuarias más habituales", indicó Carolina Moreno Castro, catedrática de Periodismo de la Universidad de Valencia, que lidera el grupo de investigación Scienceflows.

Hasta el reciente estudio del CIS, los datos de que se disponía sobre el conocimiento y uso de estas terapias provenían de informes realizados por el sector industrial implicado: el estudio del Observatorio de Terapias Naturales, financiado por la mayor asociación de profesionales del sector (COFENAT), y el estudio de Boiron, la principal empresa de venta de productos homeopáticos en España.

Las cifras revelan un consumo mucho menor de lo que se pensaba hasta el momento. Según los datos recogidos, el 66,5% de los ciudadanos residentes en España ha oído hablar de la homeopatía, aunque solo un 5% del total la ha usado en los 12 meses anteriores a la encuesta (es decir, 124 de 2.486).

Los consumidores justifican su decisión con dos argumentos básicos: "Es sana y cura lo que la medicina convencional no puede". Es más, los encuestados afirman que la utilizan para prevenir enfermedades y para aliviar los efectos secundarios derivados de los tratamientos de la medicina convencional.

Por su parte, del 5% de la población que la usa, un 46,8% lo hace de forma puntual. El resto la utiliza en frecuencias periódicas regulares como una vez a la semana (29,8%), una vez al mes (7,3%) o menos de una vez al mes (14,5%). El grado de satisfacción medio es de 6,9/10, inferior al que esos mismos usuarios tienen del médico de cabecera (7,9) o del especialista (7,8).

El estudio revela que la causa mayoritariamente defendida para su uso es, en primer y segundo lugar, para que les ayude a tener una vida sana y equilibrada (47,5%). Otras razones son: prevenir enfermedades y dolencias (37,1%), curar donde la medicina convencional no funciona (32,2%), creencia y confianza en la terapia (29,1%), aliviar los efectos secundarios de los tratamientos convencionales (17,8%) y porque en ocasiones la medicina convencional es perjudicial para la salud (13,7%).