Erradicar la metástasis desde dentro, la bomba sucia contra el cáncer

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De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las enfermedades oncológicas fueron responsables en 2016 del deceso de 112.939 personas en nuestro país, siendo esta cifra únicamente superada por la atribuida a las enfermedades cardiovasculares.

Una elevada mortalidad asociada al cáncer que se explica no tanto por la aparición de un tumor, sino por la capacidad que tienen las células cancerígenas de migrar e invadir otros órganos. De hecho, las metástasis son responsables de cerca de un 90% de todas las muertes por cáncer.

A día de hoy no existe ningún medicamento capaz de prevenir las metástasis. Sin embargo, esta situación podría cambiar en un futuro inmediato. Y es que investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago (EE.UU.) desarrollaron un fármaco capaz de frenar, y mucho, la expansión de las células cancerígenas. 

El estudio mostró cómo la metarrestina es capaz de reducir de forma muy significativa las metástasis derivadas del cáncer de mama, de páncreas y de próstata. O así sucede cuando menos en modelos animales a los que se les han trasplantado tumores humanos.

Tal es así que el fármaco ya ha sido presentado a la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para que autorice la puesta en marcha de un ensayo clínico para evaluar su eficacia en pacientes humanos.

"La metarrestina es como una bomba sucia contra el cáncer. Un fármaco que podría mejorar el pronóstico de los pacientes con tumores sólidos que presentan una elevada probabilidad de expandirse a otros órganos", indicó Sui Huang, directora de la investigación.


El trabajo de investigación de Sui Huang se inició hace dos década y media, cuando a la edad de 12 años perdió a su madre por culpa de un cáncer de ovario y se comprometió a consagrar su vida a evitar que otros niños tuvieran que sufrir una pérdida tan dolorosa. Una labor que, entre otros frutos, permitió la identificación a finales de los 90 del ‘compartimento perinucleolar’ (PNC) como marcador de la capacidad que tienen las células cancerígenas de convertirse en metastásicas.

"El cáncer metastásico es una bestia que es completamente diferente, o casi, a las células normales. Y actuar sobre un única cabeza no es suficiente para detener al cáncer metastásico", indicó Sui Huang.

La mayoría de tumores primarios pueden ser tratados de forma eficiente mediante la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, por lo que no resultan letales. De hecho, y además de por los avances en el diagnóstico temprano, la supervivencia asociada al cáncer ha mejorado significativamente en las últimas dos décadas gracias a las nuevas combinaciones terapéuticas. 

"Lo que mata a la gente es la expansión del cáncer a otros órganos, por ejemplo cuando el cáncer se extiende al cerebro, al hígado, a los pulmones o a los huesos", indicó.

La presencia de PNC en el tumor primario se correlaciona directamente con la capacidad de las células cancerígenas de diseminarse por el organismo. Así, y cuanto mayor sea el nivel de PNC en el tumor primario, peor será el pronóstico del paciente.

Por tanto, de lo que se trataba era de encontrar una molécula capaz de unirse a las células portadoras de PNC y aniquilarlas. Y para ello, los investigadores evaluaron más de 140.000 compuestos con posibilidades de lograrlo. "Nuestro objetivo era encontrar un compuesto mágico que atacara al monstruo en múltiples partes. Que no solo golpeara su cabeza, sino que también golpeara sus garras, sus colmillos y su cola", señaló.

"Nuestro trabajo representa una nueva estrategia para el desarrollo de fármacos anticancerígenos. Se trata de buscar un compuesto que, si bien de forma potencial, pueda actuar sobre múltiples dianas relevantes que promueven las metástasis", concluyó.