La clave para acabar con las bacterias resistentes a los medicamentos

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Los patógenos resistentes a los antibióticos se pueden transmitir a través de lavadoras. Así de claro lo determinó un estudio realizado por higienistas de la Universidad de Bonn (Alemania) al descubrir que en un hospital infantil un tipo de Klebsiella oxytoca se transmitió repetidamente a los recién nacidos ingresados en una unidad de cuidados intensivos neonatales. 

La transmisión paró solo cuando la lavadora fue retirada del hospital, según publica Applied and Environmental Microbiology, la revista de la Sociedad Americana de Microbiología.

"Este es un caso muy inusual para un hospital, ya que se trata de una lavadora de tipo doméstico. Los hospitales normalmente usan lavadoras especiales y procesos de lavado en los que se lava a altas temperaturas y con desinfectantes, de acuerdo con las pautas de higiene hospitalaria, o usan lavanderías externas designadas", indicó la primera autora de la investigación, Ricarda M. Schmithausen.

"Los estudios ya han demostrado que las bacterias resistentes a los antibióticos pueden arraigarse en las lavadoras, pero nosotros hemos demostrado por primera vez que una lavadora también puede transmitir bacterias resistentes a los antibióticos a los humanos", señaló.

Por ello, esta investigación también tiene implicaciones para el uso doméstico de las lavadoras, advierte el doctor Schmithausen, médico del Instituto de Higiene y Salud Pública del Hospital Universitario de Bonn, un centro de colaboración de la OMS.

Las temperaturas del agua utilizadas en las lavadoras domésticas han disminuido, para ahorrar energía, a muy por debajo de 60°C, lo que las hace menos letales para los patógenos. Los genes de resistencia, así como los diferentes microorganismos, pueden persistir en las lavadoras domésticas a esas temperaturas reducidas, señalan los expertos.

"Si las personas mayores que requieren atención sanitaria con heridas abiertas o catéteres de vejiga, o personas más jóvenes con lesiones supurantes o infecciones viven en el hogar, la ropa debe lavarse a temperaturas más altas o con desinfectantes eficientes, para evitar la transmisión de patógenos peligrosos. Este es un reto cada vez mayor para los higienistas, ya que el número de personas que reciben cuidados de enfermería por parte de familiares aumenta constantemente", destacó Martin Exner, presidente y director del Instituto de Higiene y Salud Pública.

En el hospital donde la lavadora transmitía la K. oxytoca, los procedimientos de detección estándar revelaron la presencia de patógenos en los bebés en la UCI. Los investigadores finalmente rastrearon la fuente de los agentes patógenos hasta la lavadora, después de que no pudieran encontrar la contaminación en las incubadoras o encontrar transportadores entre los trabajadores de la salud que tuvieron contacto con los bebés.

La ropa que transmitía K. oxytoca de la lavadora a los bebés eran gorros y calcetines tejidospara ayudarlos a mantenerse calientes en las incubadoras, ya que los recién nacidos pueden enfriarse rápidamente, incluso en incubadoras, explicó el doctor Exner.

Los investigadores suponen que los patógenos "se diseminaron a la ropa después del proceso de lavado, a través del agua residual en el cierre de goma de la lavadora y/o a través del proceso de aclarado final, que hizo correr agua sin calentar y sin detergente a través del compartimento de detergente", según el informe.
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