Trucos para evitar las temidas bajadas de tensión. (Foto: Envato)

Bajada de tensión: trucos y remedios para evitar en verano

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Existe una gran preocupación por la hipertensión. Se calcula que entre el 35 y el 40% de la población en España la padece. No es moco de pavo. Aunque se piensa que la hipotensión es menos peligrosa, lo cierto es que también puede llegar a ser un grave problema para mucha gente, especialmente en verano. 

Se considera hipotensión cuando de la presión arterial es inferior a 90 milímetros de mercurio (mm Hg) para el número superior (sistólica) o de 60 mm Hg para el número inferior (diastólica).

Las personas que más riesgo tienen de padecer hipotensión son las mujeres jóvenes y las que toman algunos medicamentos, como ansiolíticos, ciertos antidepresivos, diuréticos, analgésicos o los medicamentos para el corazón. Para evitar estas problemáticas bajadas de tensión, estas personas tienen que tomar algunas precauciones extra durante la época de más calor para evitar las temidas.

También cabe destacar que el verano es la estación en la que más bajadas de tensión se producen debido sobre todo al calor, que es el desencadenante principal. Las altas temperaturas pueden provocar que nuestros vasos sanguíneos se ensanchen y que la sangre circule con menor fuerza, lo que puede facilitar que baje la presión sanguínea.

Existen algunos remedios para la tensión baja. Por ejemplo, evitar lugares calurosos o concurridos, sobre todo en las horas centrales del día. Además, es en esos lugares, se debe evitar estar mucho tiempo de pie.

Otro de los trucos es beber agua o bebidas isotónicas en abundancia. Lejos de lo que se piensa se deben evitar las bebidas azucaradas y muy especialmente el alcohol, pues favorecen la deshidratación.

Es importante hacer comidas poco copiosas. Es mejor optar por varias comidas al día (5 o 6) y ligeras, pues comer en abundancia aumenta el riesgo de que la tensión baje. Además, si se opta  por hidratos de carbono complejos (cereales integrales), controlaremos mejor las bajadas de azúcar.

También se debe optar por ropa ligera y holgada para que no suba mucho la temperatura corporal, no hacer ejercicio intenso en las horas centrales del día, evitar ducharse con agua caliente puesto que esto favorece el ensanchamiento de nuestros vasos sanguíneos y, por tanto, las bajadas de tensión.

Por último se recomienda dormir con una almohada alta, pues ayuda a que, cuando nos levantemos, el cambio corporal no nos resulte tan brusco. Por último, es importante activar la circulación sanguínea con masajes, contracciones de gemelos, etc.

Las bajadas de tensión suelen manifestarse en forma de visión borrosa, sensación de mareo, sudor brusco, debilidad repentina y confusión. También puede ocasionar inestabilidad, pitidos en los oídos, palidez, náuseas e incluso desmayos. 
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