Cenar temprano es un hábito sencillo que trae muchos beneficios. (Foto: Envato)

Aumentar la esperanza de vida con este hábito básico y sencillo

Compartir en:
Son muchos los estudios que vienen diciendo, desde hace tiempo, que ingerir una menor cantidad de calorías prolonga la longevidad de muchos animales, y también de muchos humanos. Esta limitación calórica también debe cumplir una serie de requisitos: por ejemplo, es importante aportar al cuerpo todos los nutrientes  necesarios para una proporción adecuados y además, un horario establecido que en relación a los ritmos naturales del cuerpo humano.

En este último aspecto, un estudio llevado a cabo por el Centro Médico Suroeste de la Universidad de Texas (Estados Unidos) y publicado en el medio científico Science aportó recientemente evidencia sobre la importancia de alinear la restricción calórica con los horarios diarios.

Por ello, cogieron un grupo de animales y los dividieron en seos grupos. A uno de ellos, el grupo de control, le permitieron comer todo lo que desease y cuando lo desease; a los demás, se les impusieron dietas con restricción calórica con diferentes horarios de alimentación.

Lo primero que observaron es que los ratones sometidos a restricción calórica, efectivamente, tendían a vivir más que aquellos que no seguían esta dieta. Concretamente, los ratones cuya ingesta calórica se limitó vivieron de media un 10% más que aquellos que podían comer libremente.

Asimismo, se encontraron unos beneficios similares como la sensibilidad a la insulina y la regulación de los niveles de glucosa en los animales que seguían estos patrones dietéticos, lo que parece indicar que la restricción calórica durante una fase del ritmo circadiano, especialmente durante la inactiva, podría conducir a un envejecimiento más sano.

Cabe recordar que estos resultados no son extensibles a humanos de manera automática. Sin embargo, la evidencia recogida a lo largo de múltiples trabajos en diferentes animales parece indicar en la misma dirección.

Es probable restringir la ingesta total de calorías evitando comer durante la fase inactiva del circadiano (la noche) tenga múltiples beneficios para la salud de las personas e incluso alargue la esperanza de vida.

Incluso, los autores sugieren que futuras investigaciones que profundicen en los mecanismos moleculares de este efecto podrían abrir la puerta al desarrollo de fármacos que imiten los efectos de la restricción calórica o que mejoren el alineamiento de los ritmos circadianos, lo que podría eventualmente lograr beneficios similares sin necesidad de limitar la dieta de las personas.
Compartir en: