Atacar y contraatacar a las metástasis cerebrales, un hito con acento español

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Las metástasis, es decir, la formación de tumores en un órgano diferente de aquel en el que se originó el cáncer primario, constituyen uno de los principales retos, sino el principal,a la hora de abordar de las enfermedades oncológicas. De hecho, las metástasis son responsables de cerca de un 90% de todas las muertes por cáncer.

Se estima que entre un 10% y un 40% de los tumores primarios se acaban extendiendo al cerebro, lo que compromete, y mucho, el pronóstico del paciente. Pero, una vez que llegan las metástasis, ¿qué se puede hacer? Pues, básicamente, recurrir a la cirugía y/o a la radioterapia, si bien no resultan demasiado eficaces, y después algunas terapias más modernas como las inmunoterapias. 

Sin embargo, es posible que haya una alternativa mucho más eficaz. Como muestra un estudio dirigido por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid, el fármaco silibinina es capaz de reducir las metástasis cerebrales sin causar ningún efecto secundario.

"Teniendo en cuenta todas las consideraciones relevantes para un ensayo de uso compasivo como el nuestro, hemos demostrado que podemos tratar con éxito las metástasis cerebrales. Además, el tratamiento evaluado en nuestro trabajo podría ser válido para cualquier tipo de metástasis cerebral con independencia del tumor primario del que haya derivado", señaló Manuel Valiente, director de esta investigación.

El equipo de investigadores dirigido por Emilio Valiente lleva años estudiando el microambiente de los tumores cerebrales. Un trabajo que se ha centrado fundamentalmente en los astrocitos, tipo de célula glial asociada a las metástasis y que responde a las lesiones entrando en un estado reactivo; y en el gen STAT3, implicado en estas metástasis en el cerebro.

De acuerdo con los resultados, sí, por lo que los autores emplearon un modelo animal al que administraron multitud de fármacos con objeto de encontrar uno capaz de inhibir la activación de este gen STAT3. Una búsqueda que ha dado lugar a la identificación de silibinina, cuyo potencial antitumoral ya fue demostrado hace un par de años en un estudio llevado a cabo en el Instituto Catalán de Oncología (ICO) en Girona.

"En 2016 observamos respuestas cerebrales positivas en dos pacientes que recibieron silibinina y en los que no había otras opciones de tratamiento. Sin embargo, desconocíamos por qué funcionaba. Y ahora gracias a esta nueva investigación, ya sabemos cómo actúa a nivel cerebral", señaló Joaquim Bosch, co-autor de la investigación.

Confirmado el beneficio de la inhibición del gen STAT3 con sibilinina en ratones, el siguiente paso fue evaluar el fármaco en humanos.  Para ello, los autores contaron con la participación de 18 con cáncer de pulmón y metástasis cerebrales, a los que administraron terapia convencional más silibinina como parte de un programa de uso compasivo.

El 75% de los pacientes respondieron de forma positiva a nivel de las metástasis cerebrales, hasta el punto de que en tres de los casos se observó un respuesta total –o lo que es lo mismo, las metástasis fueron erradicadas– y en 10 se logró una respuesta parcial. El resultado es que el periodo promedio de supervivencia, de tan solo cuatro meses en el grupo control, se incrementó hasta los 15,5 meses.

"Nuestro tratamiento actúa principalmente sobre el ambiente cerebral que ha sido alterado por las metástasis. Se trata de un concepto terapéutico completamente novedosos. Además, también estamos actuando sobre una alteración que solo tiene lugar cuando hay una metástasis cerebral y que es absolutamente necesaria para que la metástasis sea viable", explicaron.

"Nuestro trabajo describe la primera terapia dirigida para las metástasis cerebrales que actúa atacando el microambiente tumoral. Sin embargo, se necesitan más datos antes de que pueda ser incorporada a la práctica clínica. Los 18 pacientes tratados ya muestran que la administración de este tratamiento es factible y que podría resultar muy relevante a nivel clínico. Los ensayos clínicos, ya sean con silibinina o con otros fármacos que actúen sobre la misma diana, son cruciales si queremos que esta opción terapéutica pueda estar disponible para los pacientes", concluyeron.