La grasa muscular se relaciona con el deterioro cognitivo. (Foto: Envato)

La grasa muscular está estrechamente vinculada al deterioro cognitivo

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A medida que envejecemos, es común experimentar cierto deterioro en nuestras habilidades cognitivas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este proceso no afecta a todas las personas de la misma manera ni en el mismo grado.

La medicina ha dedicado una considerable cantidad de investigación para comprender los factores que influyen en este proceso y las variables que pueden predecir cómo se verá afectado cada paciente individualmente. Además, se buscan áreas en las que se pueda intervenir para frenar el deterioro cognitivo en la medida de lo posible.

Recientemente, un estudio publicado en el Journal of the American Geriatrics Society ha planteado la posibilidad de que la adiposidad muscular, es decir, la cantidad de grasa presente en los tejidos musculares, pueda ser un factor de riesgo en el deterioro cognitivo. Esta asociación se establece independientemente de otros factores como el peso corporal, otros depósitos de grasa, las características musculares o los factores de riesgo tradicionales de la demencia.

Los investigadores llegaron a esta conclusión tras analizar los datos de 1,600 adultos mayores de 70 años, evaluando su desempeño cognitivo a lo largo de un período de 10 años. Descubrieron que el aumento en la adiposidad muscular se relacionaba con un mayor declive cognitivo a lo largo del tiempo. Estos resultados se observaron tanto en personas de etnia blanca como negra, así como en hombres y mujeres.

Aunque este estudio es el primero en llegar a esta conclusión, se suma a una serie de investigaciones que ya apuntaban en la misma dirección. Por ejemplo, se sabe que el incremento en la adiposidad muscular es un factor de riesgo para enfermedades como la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial, las cuales, a su vez, son factores de riesgo documentados para la demencia.

Lo más interesante de este estudio es que la adiposidad muscular es un aspecto en el que se puede intervenir fácilmente. Se pueden tomar medidas como mantener una dieta baja en grasas y moderada o alta en proteínas, así como realizar ejercicios de fortalecimiento muscular de forma regular. Estas intervenciones podrían tener un impacto positivo en la prevención del deterioro cognitivo asociado a la adiposidad muscular.


 
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