La importancia de volver a caminar tras sufrir un ictus

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El ictus o accidente cerebrovascular constituye una de las primeras causas de discapacidad en todo el mundo. La gran mayoría de los 300.000 pacientes que, solo en nuestro país, han sobrevivido a un ictus presenta algún tipo de discapacidad residual, caso de la pérdida de la capacidad para caminar.

Una vez que se produce este episodio los afectados se ven obligados a pasar largas jornadas sobre una cinta de andar para recuperar la deambulación. Una terapia rehabilitadora que requiere una enorme inversión de tiempo y energía pero que no siempre ofrece resultados satisfactorios. Pero por suerte existen otro tipo de terapias que pueden ser totalmente beneficiosas.

Así lo determina la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) en un estudio en el que se describe un nuevo método que posibilita una recuperación mucho más rápida y eficiente de la capacidad de caminar en pacientes que han sufrido un ictus y otras lesiones neurológicas, incluidas las lesiones medulares.

"La recuperación de la deambulación tras un trastorno neurológico requiere una ‘reprogramación’ de la interacción entre los mecanismos corporales y las fuerzas gravitacionales", explicaron. 

"Pero a pesar de la importancia de las interacciones de la locomoción dependientes de la gravedad, estos componentes esenciales en la rehabilitación de la deambulación han recibido, por lo general, una atención mínima. Por ello, hemos diseñado un algoritmo adaptativo que personaliza las fuerzas multidireccionales aplicadas al tronco al caminar en función de los déficits motores específicos de cada paciente", comentó Jean-Baptiste Mignardot, director de esta investigación.

Muchas de las terapias rehabilitadoras que se emplean para la recuperación de la capacidad de deambulación tras un ictus o una lesión medular incluyen un arnés que corrige la posición del tronco superior mientras el paciente camina sobre una cinta de andar.

Los autores diseñaron un arnés robótico que contrarresta las fuerzas gravitatorias sobre el tronco mientras los pacientes caminan hacia delante, hacia atrás o lateralmente. Y dado que los usuarios presentan problemas motores derivados de sus lesiones neurológicas, los autores también han desarrollado un algoritmo que ajusta individualmente la posición del arnés en función del déficit motor de cada paciente.

Los resultados de este estudio, llevado a cabo con 26 pacientes en rehabilitación tras un ictus o una lesión medular, mostraron que los participantes que requerían apoyo para caminar lo hacían de una forma totalmente natural y con unas capacidades motoras similares a los de los individuos sanos gracias al arnés robótico.

"Nuestros resultados ponen de relieve la importancia del apoyo preciso del tronco para proporcionar protocolos de rehabilitación de la marcha y establecer un marco práctico para aplicar estos conceptos en la práctica clínica rutinaria", explicó.